Marissa* llegó a jurar que padecía múltiples enfermedades, pero solo tenía un dolor de estómago.
Tanta fue su inquietud, que se sumergió en la red cibernética para así asociar sus síntomas con algún padecimiento con las características de su malestar. En su afán llegó a visitar infectólogos y gastroenterólogos, quienes le descartaron todo mal.
Una persona muy preocupada por su salud, con temor al contagio de padecimientos, que exagera sus reacciones y cae en un estado de “hipervigilancia” es una víctima de la hipocondría, un trastorno de carácter psicológico que puede estar asociado con el pasado del individuo y sus experiencias familiares, explica la psicóloga Iris Ayala.
Adriana de Sandoval, también psicóloga, señala que en este tipo de casos es crucial que la persona se someta a exámenes físicos para descartar enfermedades, así como también hacerse una evaluación psicológica.
Ante esto, Ayala señala que los hipocondriacos “no son precisamente la mayor población que llega a la consulta de psiquiatría o psicología; a ellos los encuentras en las consultas de médicos generales y especialistas. No se les ocurre que es un caso de salud mental”.
Estos, añade, no son fáciles de tratar en terapia, porque tienen cierto grado de desconfianza y obsesión.
Para curar este trastorno, ambas especialistas coinciden en que la terapia cognitiva conductual -en la que el paciente reestructura sus pensamientos y recibe pautas de conductas adecuadas- es uno de los tratamientos más recomendables para este tipo de pacientes.
*El nombre se cambió a solicitud de la fuente.

