El Dr. Hans Keirstead, profesor en el Centro de Investigación Reeve Irvine de la Universidad de California, es pionero en investigaciones de biología celular, trauma de médula espinal y enfermedades del sistema nervioso. Esta semana, dictó una conferencia en Panamá sobre el uso de células madre para tratar la atrofia muscular espinal (SMA), una enfermedad incurable.
La SMA afecta las células nerviosas llamadas neuronas motoras, que se comunican con los músculos voluntarios. Al dañarse, la comunicación se interrumpe y se debilitan los músculos, causando incapacidad para gatear, caminar e, incluso, para respirar y tragar. Se estima que ocurre en uno de cada 6 mil nacimientos, y es la condición genética que más niños mata en el mundo.
El Dr. Keirstead explica que cuando hay una lesión por trauma, inicialmente (horas o días) ocurre una respuesta inmune: el cuerpo libera unas moléculas que ‘reclutan’ a las células CD4- TH1 (que actúan en desórdenes autoinmunes como la artritis reumatoide) para que lleguen al sitio, causando un daño secundario.
Como el cuerpo necesita las células CD4-TH1, en sus estudios, Keirstead bloqueó las moléculas reclutadoras y así se atenuaban los daños. La compañía Bristol Myers ha hecho estudios clínicos de fase I y II usando esta técnica, mostrando que es exitosa y segura en humanos, y está por empezar un estudio multinacional de fase III, que incluirá la artritis reumatoide.
