La flor del Espíritu Santo, esa orquídea marfil que envuelve con sus pétalos la figura de una pequeña paloma con las alas abiertas, corre peligro.
Esta planta de nombre científico Periferia elata (Paloma alada), denominada emblema nacional mediante la Ley 46 del 21 de septiembre de 1980, está amenazada por su comercialización.
Hoy se encuentra en un gran riesgo de extinción, según lo establecido por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, en su apéndice I, adoptada en el istmo por la Ley 14 del 28 de octubre de 1977.
Dicha cláusula encierra el mayor grado de protección para la especie y prohíbe su comercio, “salvo que se pruebe que proviene de un lugar de reproducción bajo los parámetros establecidos y legales de cada país de distribución”, comenta Jorge García, del departamento de Biodiversidad de la Autoridad Nacional del Medio Ambiente (Anam).
Por tener la silueta de una paloma, se le llama “Flor del Espíritu Santo”, pues al Espíritu Santo se le representa con esta ave, señala el obispo José Domingo Ulloa .
García cuenta que cuando se le nombró flor nacional la ley que la amparó en 1980 no la protegía porque la resolución 002-80 solo contemplaba animales. Hoy es protegida por la Resolución AG-0051-08 y por la Ley 14 del 18 de mayo de 2007.

