No todo lo que trae el estrés son desventajas. Aunque ubica a la persona en una situación de tensión, siempre y cuando sea un “estrés moderado” favorece la memoria, el aprendizaje y la recordación.
Esto lo afirma Carmen Sandi, directora del Laboratorio de Genética del Comportamiento del Brain Mind Institute de Lausana, Suiza, a la agencia de noticias EFE. “Cuando tenemos que hacer algo que nos estresa y al final lo conseguimos, esa activación fisiológica facilita el almacenamiento de la memoria”, cita Sandi.
No es que el estrés, per se, sea bueno o malo. El psiquiatra José Calderón aclara que este es un “fenómeno normal del organismo humano que, cuando está en exceso, se convierte en tensión nerviosa o ansiedad”. Sin embargo, ya sea moderado o severo, afecta el nivel de atención, siendo esta última uno de los elementos de la memoria, apunta el médico.
“La atención es lo que se altera o no con el grado de tensión que se tenga”, plantea. De esto, da un ejemplo: un individuo está distraido porque no tiene su atención enfocada en algo, por lo que tendrá muy poca memoria.
En cambio, si uno tiene un estrés severo se estará alerta, “pero sin concentrarse en otra cosa y esto genera mayor distracción”.
