El acero es una aleación que contiene átomos de carbono dentro de una matriz de hierro. Puede ser de baja, mediana y alta aleación, según los elementos que se le añadan, y éstos pueden hacer que el material sea más o menos duro o flexible; o que se corroa con mayor o menor facilidad.
Según las especificaciones técnicas de su producción, a los aceros se les asigna un número o código, que representará siempre la misma composición. Así, por ejemplo, se habla del acero negro de carbono A36.
Al corroerse, los aceros forman una herrumbre o una película de óxidos de hierro. Algunos tipos de acero de alta resistencia contienen elementos que forman una capa de óxido llamada pátina, que los protege al retardar la corrosión atmosférica.
Estos son los llamados aceros patinables, protectores o "intemperizables", (en inglés: weathering steel), explica el profesor Juan Antonio Jaén, del Departamento de Química Física de la Universidad de Panamá.
Jaén es el investigador principal del proyecto: "Corrosión atmosférica de aceros patinables en el ambiente natural del clima tropical húmedo de Panamá", financiado por la Secretaría Nacional de Ciencia y Tecnología (Senacyt), y en él participan estudiantes y personal de la Universidad de Panamá y la Universidad Tecnológica (UTP).
Lo que buscan los investigadores es conocer la conducta de estos aceros en el ambiente panameño a lo largo del tiempo, estableciendo relaciones entre los parámetros ambientales y los productos formados por la corrosión.
Es la primera vez que se hace un estudio integral de este tipo en un ambiente como éste, asegura Jaén, y están analizando muestras de acero negro A36, cuyo uso es común en Panamá, y de dos aceros patinables de Colombia y Brasil (A588 y CSN COR 420).
Afirma que en Panamá no se producen aceros patinables, sin embargo, señala que se utilizó este tipo de material en una estructura de soporte de los cables tensores del Puente Centenario. Estos aceros, que forman una película de óxido de un color oscuro y uniforme, se usan en países como Estados Unidos, Brasil y Japón, principalmente en estructuras como puentes.
"El estudio le servirá como base al Ministerio de Obras Públicas y a la comunidad de ingenieros para saber cuándo y dónde es recomendable usar acero patinable y cuándo no, y qué se debe hacer para prolongar la vida útil de las estructuras".
METODOLOGÍA
La corrosión atmosférica depende de la presencia de partículas contaminantes y gases como el dióxido de azufre (SO2), la humedad del aire e incluso, el salitre.
En este estudio, han realizado análisis metalográficos de los aceros vírgenes para conocer sus características y propiedades mecánicas.
Las muestras de acero son expuestas a la intemperie en cuatro puntos, uno en la sede de la UTP en Tocumen y tres en Sherman (Colón), uno de ellos muy cerca de un rompeolas. Además, han colocado casetas con muestras dentro para analizar también las condiciones de corrosión en interiores, en esos mismos lugares.
El equipo recolecta datos meteorológicos, de temperatura, humedad, radiación solar, contaminación por cloruro y SO2 y evalúa cómo se van corroyendo las muestras de acero. Para determinar la velocidad de corrosión, miden la pérdida de peso, quitándole la herrumbre, y usan medidas electroquímicas.
"Analizamos distintos grados de corrosión, estudiando de manera física-química la herrumbre con técnicas espectroscópicas, metalográficas y con el microscopio electrónico de barrido, que nos permite saber qué está presente en la muestra y cómo se va compactando la pátina en estos ambientes tropicales", dice el profesor Jaén.
¿Qué resultados han obtenido por ahora? "Es un poco prematuro decir por dónde estamos. Vamos a presentar los primeros resultados en agosto, en un congreso en Hungría (Europa) y en Argentina, también daremos a conocer los resultados de las pruebas hechas en interiores".

