Rugen los motores con la llegada de Cars 2 a las salas de cine este fin de semana, y ruge el público que sigue las historias animadas, un género que, lejos de ser territorio exclusivo de los pequeños de la casa, puede llegar a ser punzante y reflexivo para los espectadores adultos.
Porque entre el ir y venir de los personajes animados, algunas de estas cintas son capaces de dar una moraleja para las audiencias de todas las edades y también un mensaje o denuncia para quienes están más conscientes de cómo es y funciona la sociedad y el mundo.
El ejemplo más fresco es la segunda entrega de Cars, de los estudios Pixar. En medio de los chistes de personajes como Mater y Rayo Mcqueen, se tocan temas tan dispares como el valor de la amistad y el monopolio petrolero.

