Una especie nativa es un organismo que está dentro de su rango natural histórico de distribución, es decir, que existía en ese sitio antes de que el hombre llegara.
Una especie exótica o introducida es aquella que ha sido llevada de un lugar a otro por el hombre voluntaria o involuntariamente.
Gran parte del porcentaje total de las especies exóticas logra adaptarse al ambiente nuevo, generalmente, aprovechan la falta de enemigos naturales y llegan a un lugar donde no tienen un control.
Además, desempeñan un papel ecológico que no hacen otras especies nativas y consiguen avanzar significativamente en el ambiente. Estas consideraciones la expresó Sergio Zalba, líder nacional de Argentina de I3N (Red de Información sobre Especies Invasoras).
Zalba, que dictó esta semana un taller sobre “Especies exóticas invasoras en Panamá”, explicó que cuando una especie avanza sin control sobre un ambiente nuevo, puede cambiar el sistema natural de un ecosistema completo.
En Panamá, los primeros registros sobre introducción de especies exóticas se tienen a principios del siglo XX, cuando se importó la trucha para comercializar su carne y se hicieron criaderos en Volcán, Chiriquí, que luego se propagaron en el río Chiriquí Viejo, que recorre el área de Volcán.
El profesor de biología marina de la Universidad de Panamá Janzel Villalaz, afirma que Panamá por no tener control estricto de entrada de especies exóticas ocupa el primer lugar de especies introducidas en Centroamérica.
De los talingos, cuyo nombre científico es Quiscalus mexicanus, no se tiene registro de introducción, pero se ha proliferado rápidamente, es muy territorial y agresivo, y hace que especies nativas emigren.
La lagartija blanca es una especie invasora que entró al país infiltrada en cargamentos, y se ha proliferado rápidamente, desplazando a las nativas, dice Darío Luque, biólogo de la Autoridad Nacional del Ambiente.
Otra especie que fue introducida en Panamá, en los años de 1940, es la paja canalera (Saccharum spontaneum), la cual se propagó rápido y cubre una extensión de 89.8 km2 del área del Canal.
Sus raíces pueden medir hasta 10 metros de profundidad, y es muy difícil de erradicar. Hace algunos años se descubrió que muere bajo la sombra de los árboles guabita cansaboca y del amarillo.

