En las áreas costeras, los manglares son como una muralla protectora contra tormentas, vientos y la erosión. Ayudan a controlar inundaciones, fijan dióxido de carbono, inmovilizan sedimentos ricos en materia orgánica y atrapan contaminantes.
Además, en ellos desovan y se desarrollan distintas especies, como camarones y peces. Algunas aves y mamíferos también encuentran refugio en los manglares.
Algunos factores ambientales físicos y químicos (temperatura, salinidad, depredación, características del suelo, etc.) pueden afectar en alguna medida estos ecosistemas y la vida que en ellos se encuentra.
Entre septiembre y octubre de este año, ocho estudiantes de quinto año del Colegio Saint George de Panamá, asesorados por el biólogo ambiental Alfredo Lanuza, realizaron una investigación en los bosques de manglar de Sherman, en la provincia de Colón, para determinar si había una relación directa entre la salinidad, el pH, la luminosidad y temperatura del manglar con la presencia de organismos vivos.
Los estudiantes también participaron recientemente en la Feria del Ingenio Juvenil, donde obtuvieron el quinto lugar en la categoría de “Investigación científica”.
“Ellos se acercaron a las instalaciones y nos plantearon el proyecto. Nosotros les asesoramos científicamente en el planeamiento del estudio y el análisis”, explica Lanuza, quien coordina el programa de Educación Ambiental que mantiene en Colón el Laboratorio Marino de Punta Galeta, del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales.

