Desde tiempos pasados, los investigadores se han valido de los poderes curativos de las plantas, hongos y corales para preparar sus compuestos.
Ahora, la ciencia moderna ha profundizado en esa práctica, hasta el punto que la mayoría de los medicamentos proviene de sustancias activas encontradas en la naturaleza.
Entre los que se pueden mencionar están la aspirina (extraída de la corteza del sauce blanco), la morfina (adormidera), la quinina (corteza de la quina), el antitumoral taxol (tejo del Pacífico), y la vincristina (obtenida de un arbusto de Madagascar), esta última responsable de que la supervivencia de niños con leucemia haya pasado del 20% al 80% de los casos.
Actualmente, científicos panameños del Instituto de Investigaciones Científicas Avanzadas y Servicios de Alta Tecnología (Indicasat) están trabajando en la búsqueda de fármacos contra: malaria, leishmaniasis, mal de Chagas, cáncer e incluso se prevé empezar a probar compuestos químicos que contraataquen el dengue.
Por el momento, en Panamá, el logro más importante en el campo de la medicina es el haber extraído de los corales de la isla Coiba, el compuesto Coibamida A, en el que hay activos prometedores contra las células cancerígenas, ya que cuenta con un mecanismo diferente a todos los conocidos hasta el momento.
