Cuando se habla del núcleo familiar, generalmente se piensa en la unión de un padre y una madre de cuyo amor nacen hijos.
Este esquema, sin embargo, está sujeto a cambios. La estructura familiar puede cambiar de manera repentina con la muerte de uno de los padres o producto de un divorcio o abandono.
En ausencia de una figura parental,el padre o la madre trata de suplir el rol del otro.
Pero, ¿es posible llenar ese vacío? ¿Puede una figura reemplazar a la otra? Y, ¿podría esto tener repercusiones psicológicas en los niños?
Dentro de la estructura familiar se reconocen dos roles socializadores: el padre tiene su rol y la madre tiene el suyo. “Juntos, se complementan” para servir de modelo a seguir para los niños, comenta la psicóloga infantil Sharon Fasano.
La falta de una figura representa una pérdida, pero también una posible recuperación. “Los humanos podemos adaptarnos a los cambios y a las pérdidas físicas y emocionales”, explica la psicóloga Rocío Obón.
En ausencia de una figura paterna, la madre no desempeña el rol de padre, pero adquiere un nuevo rol en el que sostiene a los niños ante la pérdida sufrida.
Cuando una madre maneja cómo “acoger a un niño y lo acompaña en sus tiempos de tristeza”, es posible que después de una restauración emocional, la familia se sienta completa nuevamente, añade Obón.
Se cree que los niños de un hogar que ha sido interrumpido por una pérdida tienden a tener repercusiones psicológicas y a disminuir su desempeño escolar. “Un cambio en el comportamiento de un niño es símbolo de que está reaccionando a un conflicto emocional que se está tratando de liberar”, sostiene Obón.
No obstante, esto no ocurre solamente cuando el núcleo familiar sufre, sino con cualquier clase de quebrantamiento de la armonía de su entorno, comenta Obón.
Muchos especialistas sostienen que la ausencia de uno de los padres aumenta la posibilidad de que los hijos abusen de las drogas o el alcohol, se conviertan en padres adolescentes, dejen sus estudios o terminen en la cárcel. Pero tras seguirle la pista por 25 años a mil 400 familias y 2 mil 500 niños de California, Estados Unidos, el “Unexpected Legacy of Divorce”, reveló que entre 75% y 80% de los hijos de un divorcio no presentan daños psicológicos a largo plazo, si el padre que queda asume su rol responsablemente.
Las situaciones inesperadas o indeseadas de la vida coinciden los especialistas, no sellan el destino de los demás miembros del núcleo familiar.

