Shavuot es la segunda de las tres fiestas de peregrinaciones: Pesaj, Shavuot y Sucot en las cuales el pueblo de Israel asciende al Templo en Jerusalén. La fiesta acaece en Israel el 6 de Siván (calendario judío), que este año cae en 2 y 3 de junio en la diáspora. Dos acontecimientos marcan la fecha: los varones llevan al Templo las primicias de la cosecha en ofrenda a Dios y la entrega de la Torá, las Tablas de la ley.
Shavuot significa literalmente "semanas". Aproximadamente, en el 1250 a.C., el pueblo hebreo que salió de Egipto acampó al pie del Monte Sinaí y recibió, a través de Moises, los fundamentos morales de la civilización y la base de nuestro pueblo. Es en Shavuot cuando culmina el Éxodo de Egipto, pues a pesar de lograr la libertad física, continuaban con la mentalidad de esclavos.
En esta fecha las sinagogas se decoran con plantas y flores, de acuerdo la tradición que sostiene que el Monte Sinaí estuvo cubierto de árboles.
Según los sabios la Torá es reconfortante como la leche y dulce como la miel. De aquí, los platos, que caracterizan la mesa de Shavuot: pastelitos de miel, tortas de queso, comidas lácteas varias como los clásicos blintzes (crepes) o empanaditas preparadas con relleno de queso fresco y bañados con crema. El folclore judío indica que al menos una de las comidas "formales" de Shavuot debe estar compuesta de productos lácteos.
Entre las tradiciones de Shavuot se destaca la de la lectura del libro de Rut. Es importante durante la noche permanecer reunidos estudiando la Torá. La tradición judaica no admite la posibilidad de que el hombre quede absorbido totalmente por su labor, que se convierta en un esclavo de la naturaleza. "Seis días trabajarás y en el séptimo descansarás y dejarás de arar". De esta manera, Shavuot se ha constituido en un símbolo de la libertad del trabajador.
El motivo central de todas las festividades judías es la renovación: un nuevo comienzo. Así, en Shavuot se renueva el drama del Sinaí: estamos recibiendo la Torá, nos estamos convirtiendo en judíos.

