Casi no importa la hora ni el sitio. Basta con mirar el entorno, y seguro por allí estará uno con el atuendo del momento: jeans y camisas ajustados, zapatillas Converse, correas de spikes y los cabellos cual “mango chupao”.
También los hay con gorras y pasamontañas, con cadenas y los pantalones color rojo, rosado, celeste y amarillo. Las tonalidades, al parecer, no tienen límites.
Es el vestido que acompaña la fiebre del passa passa, un estilo de baile que llegó a Panamá de Jamaica hace cuatro años y que ahora está arraigado entre la juventud, comenta Luchito Williams, quien palpó el alcance de esta corriente al organizar recientemente el concurso Passa Passa Contest.
Pero más allá de los pasos de baile, es la vestimenta la que ha ganado más simpatía. Muchos lo bailan, pero otros solo quieren lucir el estilo. No saber los pasos los tiene sin cuidado, destaca Williams.
Este fenómeno es el resultado de la necesidad que tiene el ser humano de pertenecer a algo, de estar identificado con un grupo, comenta el productor de moda Roberto Bonner.
El sociólogo Bolívar Franco recalca que la revolución passa passa, además de estar cimentada en el deseo de identificarse con la onda actual, está vinculada con música y baile, dos atracciones preferidas por los jóvenes.
La diseñadora Greta Bayo añade que la moda es una forma de expresión, y la juventud la ha usado para romper esquemas. Lo hicieron cuando aparecieron las minifaldas y los biquinis.
Situaciones como la que se vive hoy con el passa passa siempre pasan, pero unas se sienten más que otras, dice Bayo.
¿Será esta moda duradera o pasajera? Las fuentes consultadas explican qué puede ocurrir.
VEA ‘Passa passa’ es lo ‘in’
