Charles Rennie Mackintosh es a Glasgow lo que Gaudí a Barcelona u Otto Wagner o Josef Hoffmann a Viena, y la ciudad escocesa celebra durante este mes y el resto del año el legado artístico de su arquitecto y diseñador más famoso.
Varios de sus museos, desde el de Kelvingrove, que acaba de reabrir sus puertas al público, hasta la Hunterian Art Gallery, dedican algunas de sus salas a las creaciones del genio escocés y a las de otros representantes del llamado "estilo de Glasgow".
Todos los edificios importantes de Mackintosh se encuentran en esta ciudad: desde la Glasgow School of Art, terminada en 1909 y considerada como su obra maestra, hasta el salón de té de Willow, la iglesia que lleva su nombre o la llamada Casa de la Colina.
La ciudad ha creado así una "ruta de Mackintosh", que permite al visitante recorrer en un día algunas de sus obras icónicas, empezando por la citada Glasgow School of Art, en la que trabajó varios años hasta acabarla en 1909.

