Una rana más grande que un balón de baloncesto y provista de un caparazón grueso y dientes vivió entre los dinosaurios hace millones de años.
La imagen de la rana gigante es tan atemorizante, que los científicos que desenterraron sus fósiles la calificaron como belcebufo o rana demonio.
Pero su dimensión, 10 libras de peso y 40.6 centímetros de largo, no es la única curiosidad. Los investigadores descubrieron los huesos de la criatura en Madagascar. Además, parece un pariente cercano de las ranas que viven actualmente al otro lado del mundo en América del Sur, lo cual pone en tela de juicio varias hipótesis sobre la geografía antigua del planeta.
El hallazgo, dirigido por el paleontólogo David Krause de la Universidad de Nueva York en Stony Brook, fue publicado por Proceedings of the National Academy of Sciences.
"Esta rana, si tiene los mismos hábitos que sus parientes actuales en Sudamérica, era muy voraz", señaló Krause.
"Incluso, es posible que haya podido dar cuenta de dinosaurios en incubación", dijo.
Krause empezó en 1993 a encontrar fragmentos óseos de rana inusitadamente largos en Madagascar, frente a la costa de África.

