El Centro de Investigación en Reproducción Humana (CIRH), ubicado en el Hospital Santo Tomás, se ha convertido en un recinto de esperanza para parejas con problemas de infertilidad.
Un aspecto que requiere reforzamiento en estos pacientes es la parte emotiva. En ese sentido, la psicóloga Haydeé Flores, del CIRH, estima que la infertilidad es una crisis con muchas dimensiones; en términos de dolor y desesperanza, su impacto sobre la pareja se puede comparar con el de un problema físico.
En el pasado, la mayoría de los casos la única opción para resolver los problemas de infertilidad era la adopción. Hoy día hay tratamientos de reproducción asistida, pero comenzar alguno de estos puede ser tortuoso para muchas parejas.
"Hay diversos tratamientos en reproducción asistida que involucran un equipo de especialistas, de allí que no debemos descuidar el soporte emocional de la pareja", aduce el doctor Karl Austin, pionero de la investigación en reproducción humana en Panamá.
Para Flores, los pacientes deben estar conscientes de que aunque los tratamientos son modernos, no son mágicos ni inmediatos y, muchas veces, no son exitosos.
"El someterse a alguno de estos implica altas demandas no solo físicas, sino también psicológicas. Los procedimientos de diagnóstico pueden resultar invasivos, avergonzantes y estresantes. Las mujeres sufren en mayor medida estas exigencias; deben aplicarse inyecciones, hacerse ultrasonidos y exámenes de laboratorio y entrar al salón de operaciones".
Añade la psicóloga que el varón también enfrenta exámenes difíciles, por ejemplo, tener que masturbarse en situaciones incómodas para recoger una muestra de semen con el objeto de realizar un recuento de espermatozoides.
Sin embargo, la mayoría de las parejas que buscan ayuda y tratamiento a su problema de infertilidad, tienen una ventaja a su favor: muestran predisposición a buscar ayuda externa y casi siempre la relación marital es buena, ya que el solo hecho de buscar ayuda ha requerido comunicación y aceptación de parte de ambos miembros de la pareja.
Es importante que los pacientes valoricen el haberlo intentado, así como el grado de apoyo, fortaleza y compromiso evidenciado en el transcurso del proceso.

