La forma en que comemos y dormimos puede influir drásticamente en nuestro proceso digestivo, produciéndonos reflujos gastroesfofágicos. Quizás el nombre no nos diga mucho, pero al saber de la patología, muchos se familiarizan con el tema.
Según el gastroenterólogo Daniel De Gracia, entre los síntomas más comunes de reflujos gastroesfofágicos están las agruras, la acidez, la sensación de que se regresan los alimentos que ingerimos, dolor en el pecho y un fuego que asciende desde la boca del estómago hasta la garganta. También se van presentando eructos frecuentes o la sensación de querer hacerlo sin lograrlo, ardor en la boca del estómago, vómitos y sobre todo, miedo a comer.
Vea Cambios alimenticios

