Es posible ingerir alimentos que aunque no tienen mal aspecto ni huelen mal, ya entraron en un proceso de descomposición que empezará a hacer estragos al ingresar al organismo de la persona.
Explica el nutricionista Paolo Iglesias que por el sabor es la única manera de detectar si un alimento está empezando a dañarse. Pero a veces, ni siquiera el paladar de la persona lo percibe porque la comida tiene muchos condimentos que lo encubren, no todas las partes están afectadas o porque se siente muy levemente.
Asegura que la gente piensa que sólo cuando come fuera de casa es que se arriesga a comer alimentos en mal estado, cuando en realidad, mucha de las veces se da por la forma inapropiada en que almacenan y conservan sus alimentos crudos o ya cocidos.
CONOCER A LOS ENEMIGOS
Paolo Iglesias, quien hizo referencia a unos estudios sobre el tema realizado por el Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), apuntó que lo primero que se debe saber es que mientras más nutrientes contenga el alimento, más favorecerá el crecimiento de hongos, por eso no pueden estar mucho tiempo a temperatura ambiente. La mayonesa, los guisos y las cremas entran en este grupo.
Los microorganismos que se desarrollan en las carnes crecen en forma óptima a temperaturas parecidas a las del cuerpo humano (36°C a 37°C) por lo que mientras más lejos estén de este clima, menos posibilidades tendrán de vivir.
UN ERROR COMÚN
Algunas familias estilan dejar comidas preparadas dentro del microondas o en la mesa porque la persona que la ingerirá llegará pronto. Esto no es recomendable porque se puede dar un proceso de descomposición si la persona se demora unas horas en llegar. "Le caerá mal pero no lo notará porque pensará que comió mucho o lo hizo a deshoras".
El estudio realizado por INCAP, dice Iglesias, recomienda en estos casos llenar con agua una olla grande, dentro de ella se colocará otra olla más chica que tenga tapa hermética donde estará guardada la comida. "Con este sistema se pueden conservar los derivados de la leche por días, y también es útil cuando se llevan alimentos a paseos".
Hay que proteger los alimentos que están al descubierto en la cocina con mallas de cualquier material para evitar que insectos los contaminen.
