PSICOLOGÍA.

¿Inquieto o hiperactivo?

¿Inquieto o hiperactivo?
¿Inquieto o hiperactivo?

Cuántas madres se llevan las manos a la cabeza en señal de desesperación e incertidumbre al ver que su hijo quiere “voltear la casa”. “¿Será una situación normal o mi hijo tiene un trastorno de hiperactividad?”, es la pregunta que se hacen muchas.

Se debe conocer la diferencia entre la hiperactividad propia de la edad y la hiperactividad como un trastorno. Ricardo Turner, psicólogo de la Universidad de Panamá, explica que hay signos que los padres pueden identificar para así determinar si es necesario un tratamiento.

Entre los síntomas de hiperactividad que son considerados propios de un niño enumera: no prestar atención cuidadosa y cometer errores en el trabajo escolar; no seguir instrucciones ni lograr terminar las tareas; presentar problemas en la organización de sus tareas y actividades; y con frecuencia, perder los juguetes, lápices, libros y otros útiles.

Pero de tratarse de un trastorno de hiperactividad, el menor suele jugar con sus manos o pies y se retuerce en el asiento; suele abandonar su asiento cuando lo que se espera es que se quede sentado; corre y trepa excesivamente en situaciones inapropiadas; presenta dificultad para jugar en forma silenciosa; y a menudo, habla excesivamente, está “en movimiento” o actúa como si fuera “impulsado por un motor”, explica el psicólogo Turner.

Ahora, los expertos indican que hay que tener claro que los comportamientos inadecuados de la actividad del niño o niña están presentes en otros trastornos, como la ansiedad y la depresión.

Si su niño salta, corre y se moviliza respetando las indicaciones del adulto, puede considerarse una conducta normal y habitual en menores de cinco años, dice Thelma Aizpurúa de Rocha, especialista en terapia de audición, voz y lenguaje.

En ocasiones, debido a la pobre educación que desempeñan algunos padres y a factores como la sobreprotección y el consentir y castigar inadecuadamente, los menores podrían generar una conducta inadecuada por un mal concepto de crianza, y no por un trastorno de hiperactividad.

COMPORTAMIENTO Y CASTIGO

¿Se debe castigar a los hijos si tienen un comportamiento inadecuado?

El psicólogo Ricardo Turner menciona que el aislamiento es un modelo especial de castigo, conocido como “tiempo fuera” o receso. Opina que esta técnica sirve para eliminar una conducta problemática.

Por ejemplo, en la escuela, separarlo del resto de sus compañeros de la clase cuando su conducta sea inaceptable y no pueda ser ignorada por la gravedad. Este castigo no debe extenderse por más de 20 minutos.

Para que el aislamiento sea efectivo, el alumno ha de experimentar verdadero aburrimiento, de modo que él prefiera estar en la clase a estar aislado, explica Turner.

Según Aizpurúa, cuando los padres no identifican la hiperactividad, establecen un método de crianza basado en regaños y castigos. “Y pese a la cantaleta, los pequeños van a seguir con las mismas conductas, no por llevar la contraria, sino porque su cerebro no está ‘codificado’ para entender claramente las órdenes y obedecer”, señala.

Los expertos recomiendan buscar ayuda profesional o de un neurólogo para determinar las causas del comportamiento del menor y que le indiquen el tratamiento adecuado.


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