Quizá Kafú Banton vive en el ghetto, pero sus pensamientos y sus canciones trascienden los recovecos de todos aquellos maltrechos caseríos de madera, hartos de promesas y de sueños de la ciudad de Colón.
Bautizado en honor a un legendario jugador de fútbol brasileño, Zico Alberto Garibaldi, para todos Kafú Banton, ha dejado de ser aquel que hace 10 años quería "sacar un papelito de la tómbola" para "encargarse de la vida de alguien".
"Uno crece, uno ve. Así mismo tu vida cambia y tus letras cambian" dice Kafú en tono lento y nostálgico, como agregándole cierto toque de sabiduría a cada una de las frases que pronuncia. "Las experiencias te hacen ver las cosas de una manera diferente y empiezas a vivir de otro modo".
Kafú Banton, de 27 años de edad, es desde hace siete un rastafari; sus ideas son libres, sus dread locks son libres. "Equal rights and justice" dice. "Igualdad de derechos y justicia, ese es el principio básico de un rasta y es el tema central ahora de mis canciones".
Si es por desigualdad, violencia, pobreza e injusticia, el Banton tiene autoridad para hablar.
Nació en el sector de Río Alejandro en Colón, una de las zonas más violentas de la provincia. "Ni el Gobierno se atrevía a meterse allá" dice mientras sonríe. Se crió entre personas y amigos que según él, "hoy están presos o muertos", pero asegura que nunca perteneció a ninguna banda.
"Me la pasaba jugando fútbol con mis amigos. De niño me gustaba mucho ir al río, acampar y hacer mi cualquier ‘cocinaíto’; eso ya no se ve", dice.
"Si en Colón hubiera más trabajo no habría tanta delincuencia", comenta con seguridad Garibaldi, al tiempo que levanta un puño y lo choca contra el de un conocido en señal de saludo. "Con empleos la situación de mi tierra mejorará, si uno anda ocioso tiene pensamientos negativos".
Mientras habla, debe hacer reiteradas pausas: Colón lo quiere, todos lo saludan. "Que sopá Banton" le gritan desde los balcones de los edificios que rodean el parque donde está sentado. "¿En qué andas loco?" le preguntan. "Aquí, en una entrevista", responde.
Así es todo el tiempo mientras dura la conversación.
Al retomar el curso, el autor de Vivo en el ghetto y La Playa comenta que su filosofía rasta lo ha hecho enfocarse más en temas sociales y de crítica, así como en temas positivos. "Quiero que la gente se identifique con mi mensaje. Quiero transmitir algo positivo a la gente y así deseo que me recuerden: como Kafú, el positivo".
Vea El sueño del Banton

