La envolvente voz de Diana Krall se escuchó ayer en el escenario Puerta del Ángel, de la ciudad de Madrid, en un concierto en el que la canadiense interpretó varios temas de su último álbum Quiet Nights.
La también pianista logró que el público que llenaba el recinto le perdonara el retraso de más de 40 minutos, con el que apareció en cuanto comenzó a tocar su piano de cola.
A su tema de presentación le siguió So nice, una de las canciones de Quiet nights (2009), su décimo disco de estudio, en el que Brasil le sirvió de inspiración para hacer una particular revisión de la bossa nova y de algunos de los clásicos de ese estilo.
Diana Krall, con un elegante vestido negro, aprovechó para felicitar a España por la reciente Copa del Mundo y bromeó con el público, a quien preguntó si habían escuchado a su marido -Elvis Costello- y qué les había parecido, en referencia a la actuación que el músico británico ofreció el pasado jueves en el mismo lugar.
La voz de la canadiense recordó también Frim fram Sauce, uno de los temas de All for you (1996), disco con el que homenajeó a su admirado Nat King Cole.
Volvió a su disco más reciente para cantar The boy of Ipanema, adaptación femenina de la conocida canción del carioca Antonio Carlos Jobim que el público aplaudió en cuanto reconoció los primeros acordes.
La complicidad con sus acompañantes, sobre todo con Anthony Wilson, guitarrista habitual en sus últimas giras, se notó en las risas que se les escaparon a ambos y que les obligaron a comenzar el tema.
Y siguió apostando por los clásicos para la recta final del concierto. La famosa Cheek to Cheek sirvió para ofrecer el momento de lucimiento de los músicos que la acompañan, y tanto Karriem Riggins -batería- como Robert Hurst -bajo- arrancaron aplausos del público en sus improvisaciones. Como ‘bis’ regaló Walk on By, también de su álbum más reciente.

