A mediados del siglo XV el nombre de Vlad Tepes ya gozaba de suficiente fama como para sobrepasar su muerte. Pero no fueron sus hazañas o crueles formas de castigo las que lo levantaron de la tumba más de 500 años después, sino la delicada pluma de un escritor irlandés.
Con su novela Drácula (1987), Bram Stoker le dio una nueva vida al príncipe rumaní, y creó un personaje que ha sobrevivido hasta nuestros días, ocultándose en las sombras y alimentándose de sangre.
Al igual que Stoker, muchos fueron y han sido los escritores que prefieren llenar las páginas de sus libros con pesadillas, y crear seres que se resistan a la muerte, atormentando a los vivos. Y aunque por lo general estos monstruos disfrutan asustar en solitario, en 1984 en grupo de novelistas del género de terror, entre ellos los estadounidenses Robert McCammon, Joe R. y Karen Lansdale, decidieron unirse y fundar la Liga de Escritores del Horror y Ocultismo (Horror and Occult Writers League) que más tarde, en 1993, se conocería como La Asociación de Escritores de Horror (Horror Writers Association - HWA)
De esta asociación, nacieron los premios Bram Stoker (1987), quienes destacan a los más relevantes del género de terror durante el año.
Y aunque existen plumas, como Mary Shelley (Frankenstein – 1818) Edgar Allan Poe (El Cuervo -1845) o HP lovecraft (Mitos de Cthulhu– 1921 y 1935) que fueron capaces de crear criaturas tan universales y mortales como el fiero vampiro, tras una votación, los miembros decidieron que fuera el también creador de The Primrose Path (1875) y una estatuilla en forma de casa embrujada, quienes representaran a los premios.
"Stoker separa el trigo de la paja", afirma Marge Simon, miembro de la asociación.
La escogencia y Latinoamérica
Para participar en la premiación, los postulados deben escribir sobre el género de horror, fantasía oscura u ocultismo. Su obra debió estrenarse en el año de la adjudicación y estar disponible en idioma inglés.
"A pesar de que las obras elegibles deben estar disponibles en Inglés, las obras extranjeras no son inelegibles", asegura Ron Breznay, también miembro.
El propósito de la HWA es promover la fantasía, terror y ficción oscura sobre una base internacional. En esta causa, y en reconocimiento del hecho de que el principal criterio para los Bram Stoker Awards debe ser la calidad, el trabajo será elegible para premios, independientemente del país de residencia del autor, ciudadanía, o lengua nativa. Sin embargo, en reconocimiento de la composición real de los miembros, el trabajo debe estar disponible en el idioma Inglés para ser elegible. Las traducciones de obras extranjeras son elegibles, y el trabajo se tendrá en cuenta en el año en que la traducción en inglés se publicó por primera vez".
En este punto, el también miembro Fabio Fernandes, comenta que desgraciadamente no ha visto gran participación de escritores latinoamericanos en el concurso - refiriéndose a los que viven en Latinoamérica y no a los establecidos en Estados Unidos - "Creo que esto podría ser debido a la barrera del idioma, algo que también se ha observado en géneros como la ciencia ficción y la fantasía. En este momento, hay muy pocos escritores de países como Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, para nombrar unos pocos, que escriben en inglés. La mayoría de los escritores latinoamericanos necesitan contratar traductores (que es caro), así que esto es también un impedimento. Pero creo que esto podría cambiar en los próximos años, con más y más escritores latinos que están empezando a escribir también en Inglés".
Fernandes, también señala que los escritores latinoamericanos tienen un enfoque único para el horror y pueden llegar a ser verdaderamente impactantes. "Algunos ahondan profundamente en la realidad de los barrios marginales y los oscuros callejones de sus ciudades de origen para mostrar tanto el horror natural y sobrenatural, oculto a la vista. Creo que el terror en América Latina es un género floreciente".
El terror en el presente
Hoy en día, los viajes al Tártaro lo hacemos en compañía de escritores como Stephen King (Under the dome - 2009) o Nail Gaiman (Coraline - 2002) y aunque según Breznay los zombies son más populares ahora de lo que fueron al inicio de los premios, para otro miembro de los HWA, James Dorr, los terrores detrás de los temas siguen siendo básicamente el mismo. "El vampirismo es multifacético, pero algo que ha destacado, es la idea de una invasión de una enfermedad foránea. En los tiempos de Stoker era la sífilis, en 1980 lo era el SIDA y hace unos meses lo era el Ébola".
Pero en este mundo paranormal, no todo ha sido oscuridad, en 2005 la escritora norteamericana Stephenie Meyer, trajo un vampiro que brillaba bajo la luz del sol, con su saga de libros Twilight. Y aunque muchos seguidores de estos seres acolmillados no les pareció nada llamativa la idea de un romance entre un depredador mortal y una estudiante de secundaria, J. G. Faherty, explica que el romance y las aventuras paranormales siempre han existido y son subgéneros totalmente aceptables. "Mira Peter Pan, Alicia en el País de las Maravillas o Blancanieves. En los años 80, había novelas de vampiros y hombres lobo por autores como Tracy Briery y Scott Ciencin que eran exactamente como los romances paranormales de hoy en día".
Por su parte, James Dorr cree que lo realmente importante es que tan bien escrita esté la historia, sin importar su particular 'sabor', mientras que Marge Simon prefiere volver a la Entrevista con un vampiro (1976) de Anne Rice y empezar de nuevo.
Lo clásico siempre asusta
Pero ya sea que sus descendientes brillen, se enamoren o traten de conquistar el mundo, los monstruos clásicos siempre tendrán la capacidad de volver y atemorizar. "Hay suficiente carne en esos viejos huesos para reinventar al monstruo en su premisa original, una y otra vez" - comenta Jean Z. Murdock -"Los tiempos cambian, las sociedades y las personas evolucionan y también lo hacen nuestros puntos de vista sobre el miedo"


