Anne Rice publicó ayer en España La hora del ángel, el primer volumen de Crónicas angélicas, donde recrea un universo más luminoso que el protagonizado por sus lúgubres vampiros, a los que ha cerrado la puerta para siempre.
“Estoy completamente cansada de ellos”, dijo la estadounidense en referencia a esos personajes que le han dado la fama.
“Todas las ideas que tuve sobre vampiros las plasmé en 12 libros. Son más que suficientes y no pienso retomarlos, aunque son personajes que siempre estarán conmigo y con mis lectores”, añadió.
Sin embargo, los “chupasangres” dejan ahora paso a los ángeles tras la incursión de la autora en la figura de Jesucristo, sobre el que escribió tres novelas entre 2002 y 2009.
En La hora del ángel Rice cede el protagonismo a Toby ODare, un asesino a sueldo cuya vida cambia por completo después de que se le aparezca un serafín, que le ofrece la oportunidad de salvar vidas en lugar de destruirlas.
Para el personaje del ángel, la escritora trató huir de los estereotipos, al menos de los tristes y taciturnos personajes que las películas han recreado a lo largo de décadas.
