Hablar de su relación con Rubén Blades -cantante y ministro del Instituto Panameño de Turismo- hace muy obvia su chispa de enamorada: su mirada cambia y se nota soñadora.
Para Luba Mason, estar casada con otro artista es “lo mejor que le ha podido pasar”. “Cada uno entiende la vida y las necesidades del otro... a veces encontramos la misma inspiración, la misma creatividad y a veces no estamos de acuerdo artísticamente, pero eso es muy bueno”.
Luba, además, “ama” el trabajo que está haciendo su esposo. “El hecho de que esté sirviendo a su país es admirable”, dice maravillada.
Fue precisamente su esposo quien la introdujo a la música brasileña. La samba y la bossa nova tomaron a Mason por sorpresa, pero “enseguida planté una semilla en mi cabeza de que quería producir esos ritmos”.
Cuatro años después de su primera producción Collage- una mezcla de canciones de rock, pop, jazz y Broadway, que reseñaban su vida-, Luba decidió que era hora de hacer un álbum con influencias brasileñas.
La cantante pensó que “esa música iba con lo que estaba viviendo en ese momento y la dirección profesional que quería seguir... iba muy bien con mi edad”.
Para prepararse, Luba escuchaba música de los brasileños Rosa Pasos, Regina, Chico Buarque y Boca Livre. “Es música muy apasionada, pero también puede ser muy feliz, relajante o tranquila”.
El “loco amor” que Luba sentía por esta música fue lo que la llevó a escribir letras y música por largas horas todos los días en su residencia en Los Ángeles, California.
Su productor, Renato Neto; su guitarrista, Sandro Albert; su baterista, Marco Costa, y su percusionista, Casio Duarte, todos brasileños, “ayudaron a que el proyecto se concretara”.
Quizás, hasta lo mucho que extrañaba a su esposo -Blades reside en Panamá y ella en el exterior- ayudó a que las letras brotaran y se convirtieran en el CD Krazy Love. El mismo saldrá al mercado el 27 de enero en amazon.com y en itunes.com.
En el CD también figuran un dueto con su esposo y una canción en portugués, cantada por ella, del cantautor brasileño Chico Buarque.
Emocionada, Luba recalca que el momento más memorable de la producción fue cuando su esposo se mostró encantado al escuchar una de las canciones. Viniendo de él, cuenta, entendí “que tenía su sello de aprobación”.
