Madonna es una estrella y lo sabe y por ello aprovechó su fama para lanzar, en el marco del Festival de Cannes, un llamado a favor de los niños pobres del tercer mundo y, en especial, de los huérfanos a causa del sida en Malaui.
Madonna está en Cannes, acompañada por su esposo, Guy Ritchie, para presentar el documental I am because we are, que se proyectó el pasado miércoles en un pase privado en el festival.
La actriz escribió el guión del documental y es la encargada de narrar la situación en la que viven en Malaui los niños que se han quedado huérfanos por la muerte de sus padres a causa del sida.
Muy concienciada con los problemas de la infancia en Malaui -adoptó en este país a su hijo David, de dos años y medio-, la cantante viajó allí para la elaboración del documental. "Fui a Malaui para salvar vidas de niños, pero la sorpresa fue que ese viaje me cambió a mí, sufrí una evolución", afirmó la cantante y agregó que si se quiere cambiar el mundo, "tienes que cambiarte a ti misma".
Madonna, que colabora con la organización Raising Malawi, hizo hincapié en que "no cuesta nada cambiar la vida de los demás. Sólo 10 dólares o una red antimosquitos. Todos podemos hacer mucho".
La actriz y cantante, en su faceta más solidaria, destacó que en sus viajes a Malaui ha aprendido que la gente "es igual" en todas partes del mundo y que a pesar de que el sufrimiento de los malauianos era palpable, también lo era su alegría. "Tenemos mucho que aprender".
Además fue chocante para ella volver a Europa y ver cómo todas las personas se quejan, toman antidepresivos, "y me pregunto quién tiene razón y quién necesita ayuda".
