Hace unos meses cerró Astrid y Gastón, para abrir en otro local. Pero para los fans del überchef peruano, en el mismo local ha abierto el restaurante de segunda línea del imperio de Gastón Acurio, La Mar.
La decoración es sumamente agradable y completamente distinta a la de su predecesor, aunque menos formal, en agradables tonos de celeste. La atención es estupenda (mis RdT llegaron antes que yo, pidieron una botella de cava, y como no había de esa, les ofrecieron otra, cortesía de la casa), y ni hablar de los pisco sour.
Entre la comida, el único desastre fue una pasta con mariscos y una salsa como la del ají de gallina (sin gallina) que formó una masacota inapetecible con la pasta.
Las sopas tampoco me impresionaron, pero el resto fue estupendo, especialmente los seviches. Probé el “nikei” con atún y leche de tigre, y de los tiraditos, el de salmón con un rico aderezo con ajonjolí, que estuvo regio.
De las causas, elegimos la de cangrejo. La papa, en su punto de ají, aceite y limón, y el crustáceo, dulce de carne y aderezado con un delicado alioli. Mejor, se daña. Entre los piqueos, los tacos chiferos (chinos) son hojas de lechuga iceberg rellenas con un picadillo de pollo y vegetales al wok, colmado con fideos fan si crocantes. Wao.
Otro wao fue la fuente de chicharrones marineros (pescado, calamar, langostinos, arañitas) que trajo, aparte, salsa tártara, de rocoto y un adobo de cebolla morada, limón y cilantro.
Una RdT estaba antojada de sushi y pidió un especial de sushi y sashimi mixto, que trajo varios rollos y una selección de atún, salmón y otro pescado que no llegué ni a oler, por estar desbaratando los taquitos, pero que me dijeron que era corvina y estaba deliciosa. Sí logré trinchar un par de camarones laqueados, que vinieron con una salsita dulcecilla y picona a la vez, con los antedichos fideitos fan si. Camarón que se duerme… ya sabes.
Entre los platos fuertes, recomiendo sin temor el dorado con salsa china y ajonjolí, y frijolitos nacidos. Trae un sabroso arroz frito con huevito, espárragos y brócoli. Otro acierto fue el atún al teriyaki con puré de habas, y también brilló el tacutacu (arroz con frijoles, en concolón) con langostinos en una salsa de chupe que estuvo sabrosa.
Yo pedí un arroz chaufa con omelette de camarones, y aunque estuvo bueno, he de decir que ir a La Mar a comer eso no es lo ideal, pero bueno, tenía que chequear todos los rubros.
Para los que no comen mariscos, hay un plato de lomito saltado y varias preparaciones con gallina.
De postre, nos arrebató el turrón de helado y la crepa de chocolate con relleno de mousse de ajonjolí. Dixit.
