La industria del videojuego volvió a servir de fuente de inspiración a Hollywood, que ha llevado a la gran pantalla la venganza del atormentado policía Max Payne, que se abre paso en las carteleras tras triunfar en las consolas.
El filme, protagonizado por Mark Wahlberg, Olga Kurylenko y Amaury Nolasco, debuta en los cines de EU entre la expectación de los miles de seguidores del personaje virtual.
La trama de la película Max Payne, que comparte nombre con el videojuego, transcurre en un ambiente oscuro y frío, en una interminable nevada sobre la ciudad y avanza arrastrada por las ansias de justicia del protagonista Max (Wahlberg), obsesionado con cazar a los criminales que mataron a su familia.
“Quería hacer algo divertido, intenso, después de hacer The Happening. Era una oportunidad perfecta para esto”, explicó el actor, para quien no todo el rodaje fue agradable.
En una de las secuencias más dramáticas de la película, Wahlberg tuvo que interpretar bajo el agua, casi a oscuras, sin referencias de dónde estaban las cámaras. “Fue miserable. Te sostienen por debajo, te quitan el aire... es lo que menos me gusta. De hecho tengo un problema de oído desde que trabajé en The Perfect Storm en 2000”, explicó .
El actor, de 37 años y recientemente padre de un tercer hijo, reconoció que no sabía de la existencia del juego Max Payne hasta que le ofrecieron hacer el filme, y admitió no haber dedicado tiempo al programa porque tiene una personalidad adictiva.
“Soy de la vieja escuela”, indicó Wahlberg, quien afirmó haber sido un seguidor de juegos más primitivos como Pacman o Sega Hockey 93.
Max Payne se convertirá este año en heredero de producciones como la saga de Tomb Raider, Doom , Street Fighter o Super Mario Bros, que pasaron de la videoconsola al cine.
