Llegan los días de asueto por la celebración de las fiestas patrias y, con ello, las avenidas principales se convierten en la ruta predilecta para el desfile de delegaciones dispuestas a rendir honor a su terruño.
El trote sincronizado y los nítidos uniformes se conjugan en cada presentación; los himnos distintivos de noviembre resuenan en el pecho de los más próximos al espectáculo, panameños y también extranjeros, que aguardan desde la acera el paso de cada delegación.
Sin embargo, en una buena parte del trayecto del desfile se puede escuchar otro tipo de melodías, no tan familiarizadas con los vítores de soberanía o las remembranzas de la valentía de los mártires del 9 de enero, y que, por el contrario, se alejan de la esencia de la festividad cívica.
Las tonadas se sustraen de géneros como el reggae, merengue, salsa y algunos de temas cristianos, que por lo general gozan de reconocimiento entre el público.
Mario Rodríguez
Coordinador de desfiles patrios, Meduca
Desde el Ministerio de Educación (Meduca), el docente Mario Rodríguez, coordinador de la Comisión de Desfiles Patrios, indica que aunque no hay una norma específica que prohíba la interpretación de tonadas no alusivas a la patria, sí se tiene especial cuidado en la selección de estas evitando que el contenido (original en las letras) no afecte la moral.
“No tenemos una lista oficial de canciones que sí deban entonarse, porque dejamos esa decisión en manos de cada director de banda estudiantil”, señala Rodríguez.
Y prosigue: “Para el repertorio esperamos que el 100% de las canciones sean patrióticas, sin embargo reconocemos que en estos desfiles también hay expresiones de la cultura popular y, según los organizadores de las bandas de música, en especial de las independientes, es el público el que aclama la introducción de ciertas canciones foráneas”
Música evasiva del loor a la patria
Gitana, dime si a mí tú no me extrañas” , dice la letra de una canción del reguesero Eddy Lover. “Toda la culpa es de la beer” , canta su colega Mr. Fox. “¡Mami! ¿qué será lo que quiere el negro?” , se entona en la canción del merenguero Wilfrido Vargas. Estas son algunas de las letras adaptadas al sonido de liras, cornetas y tambores para los desfiles de noviembre, que desencajan con el fin primordial de la celebración, la de exhaltar los acontecimientos históricos del país.
La introducción de música distinta a las ya conocidas [Marcha Panamá, El tambor de la alegría o La bandera panameña] es una tradición para las bandas musicales y a la vez una forma de diferenciar su repertorio, llamando la atención ante las audiencias.
La tendencia de adaptar música no patriótica se ha mantenido por años, puesto que la comisión que evalúa a cada banda musical para un concurso [en el caso de la ciudad] se concentra en calificar la armonía, la melodía y el ritmo, y no repara tanto en descartarla porque encuentre inapropiado el contenido de la letra original de la canción.
Existen sanciones para las bandas que incumplan con las normas preestablecidas, una de las más enérgicas es la descalificación del desfile. Aunque Mario Rodríguez, coordinador de la Comisión de Desfiles Patrios en el Ministerio de Educación (Meduca), no recuerda haber sacado una agrupación de la ruta del desfile por un asunto relacionado a la música o tema interpretado, en años anteriores. Pero reconoce que tampoco le piden a los directores de bandas un listado previo de los temas que planean desarrollar durante sus recorridos.
Mario García Hudson, coordinador del Centro Audiovisual de la Biblioteca Nacional Ernesto J. Castillero, considera necesario variar e innovar en la música. En ese sentido, cree que es menester “el rescate del enorme repertorio de marchas y aires panameños que a lo largo de esta rica historia musical han sido compuestos por distintas generaciones”.
La plataforma “novembrina”, considera García Hudson, es además un puente por medio del cual se puede “preservar el legado de los autores panameños”. Entre ellos las canciones de Lucho Bejarano, Pepe Zamora, Eduardo Maduro, Ignacio Valdés, Alberto Galimany, Arturo Hassán y Gladys De La Lastra.
Causas
Aris Javier Vega, dirigente de la banda independiente Búho de Oro, justifica que la introducción de nuevos temas artísticos o “de moda” se debe a que desean mantener un concierto con tonadas variadas, sin repetirlas. En el recorrido pueden tocar hasta 15 temas.

“Un 30% de las tonadas son las clásicas de fiestas patrias, otro 30% es de las marciales (percusión y marcha) y un 40% se lo dedicamos a los ritmos populares (regué, salsa, típico, etc.)”, apunta Vega.
Una particularidad con las bandas independientes es mantener el ánimo entre sus 500 integrantes (quienes asumen los gastos de pertenecer a una organización musical), quienes influyen en la escogencia de las canciones.
“Como también trabajamos con jóvenes incluimos canciones que les gusten y que estén de moda, como es el caso de los regueseros RD Maravilla, Phantom, entre otros. Por los artistas internacionales incluimos un tema del cantante Joe Arroyo”.

Papel de la publicidad
Luis Antonio Miller, miembro de la directiva de la Federación de Bandas Independientes que aglutina a 46 agrupaciones, considera que muchas veces las organizaciones carecen de apoyo económico y recurren a mercadearse con emisoras de radio, las cuales las promocionan con temas musicales.
“Las radioemisoras para promover sus eventos contratan a las bandas para hacer grabaciones de determinados regué, sin embargo, no nos concentramos mayormente en el desarrollo de los géneros populares durante nuestras presentaciones en la ruta de días patrios”, asegura.
Defensa de la nacionalidad
Vladimir Berrío Lemm, de la Comisión Nacional de Símbolos Patrios, dice que no tiene injerencia en los contenidos que se exponen en los desfiles, pero hace un llamado de atención para optar por recurrir a los archivos de las bandas de música y rescatar otras composiciones que han quedado olvidadas para ponerlas al alcance de las agrupaciones que exponen su fervor nacional a través de la música en los desfiles.
Berrío Lemm invita a los ciudadanos a ser vigilantes: “si hubiera panameños patriotas y que sientan que lo que escuchan en un desfile patrio desvirtúa las efemérides patrias o las insultan, la Ley 34 de 1949, en el texto único que refleja las reformas que le hizo la Ley 2 de 2012, indica que son las alcaldías del sitio donde ocurra la anomalía, irrespeto o acto a denunciar, la autoridad responsable de aplicar sanciones”.


