Este horno es ideal para esterilizar las esponjas que se usan para limpiar la vajilla y otros utensilios culinarios, los cuales quedan libres de gérmenes si se introducen un par de minutos en el aparato y se exponen a su máxima potencia. Así lo indica un reciente estudio, publicado en el Journal of Environmental Health, que muestra que este electrodoméstico no solo beneficia la cocina, sino además la higiene y la salud.
Antes de poner a prueba la capacidad germicida de su microondas, y para evitar riesgos para la salud o su casa, quizá sea preferible aguardar a que las investigaciones sean más concluyentes, y a que las aplicaciones germicidas del horno sean incluidas de manera definitiva en sus manuales de instrucciones. ¡Por aquello de que puede ser peor el remedio que la enfermedad!
Pero no obstante, si después de leer esta información quiere esterilizar sus "trapos de cocina" por medio del microondas, una advertencia: tome las precauciones que sugieren los investigadores y compruebe que las esponjas que introduce en el horno están completamente mojadas y que no contienen componentes metálicos, y además verifique que no estén demasiado calientes al extraerlas.
Si no respeta estos cuidados no solo acabará con los gérmenes de la esponja o el estropajo, sino con el propio utensilio, que puede comenzar a quemarse, llenando la cocina de un humo de olor desagradable o sobrecalentarse quemándole seriamente las manos. O bien su horno puede comenzar a echar chispas y estropearse, como sucede cuando se introduce inadvertidamente un cubierto de metal en su interior.
Científicos de la Universidad de la Florida han señalado que bastan solo dos minutos de funcionamiento del horno en su nivel de mayor intensidad para matar el 99% de las bacterias, virus o parásitos, así como las esporas que se oculten en las esponjas.
Según el autor de la investigación, Gabriel Bitton, "la gente a menudo lava las esponjas y cepillos de limpieza, pero si realmente quieren descontaminarlos y no solo lavarlos, lo que hay que hacer es utilizar el horno de microondas". En su trabajo, Bitton y un grupo de estudiosos empaparon esponjas y cepillos en aguas servidas con alto contenido de bacterias fecales como la E.coli, virus, parásitos protozoarios y esporas.
A excepción de las esporas, que requirieron 10 minutos de exposición a las microondas, el horno eliminó totalmente en apenas cuatro minutos esos microorganismos patógenos.
