Según el Diccionario de la Real Academia, el miedo se define como perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo o daño real o imaginario. De seguro, los padres han escuchado a su pequeño en algún momento sentir temor por algo.
En los primeros años de vida, el mayor miedo que tienen los niños es a la separación de los padres, dice Dimas Villarreal, psicólogo del Centro Médico Andalucía.
Luego son miedos específicos, ya sea por lo que ven en la televisión o porque los padres les dicen que tengan cuidado con ciertas cosas: “si no se duermen vendrá el cuco, entonces tienen muchas fantasías”. Es decir, tienen miedo porque los padres se lo inculcan, señala.
Con Villarreal coincide la psicóloga Yadira Bernal, quien añade que los miedos en los pequeños son ideas irracionales, dejando claro que proceden de la familia.
En este sentido, Villarreal agrega que hay miedos que los padres inculcan a los niños para que se porten bien, como decirles a aquellos niños inquietos que si continúan con esta actitud vendrá la policía.
“Y la próxima vez que escuchan que viene la policía, quedan debajo de la mesa con miedo”, dice.
Por otro lado, Bernal señala que en algunos casos el miedo puede resultar beneficioso, por ejemplo, si le dicen al pequeño que cierto animal es peligroso, de seguro no se le acercará y se evitará una tragedia.
Cuando un niño hace algo indebido se le deben dar pequeños castigos, porque si lo castiga inculcando miedo, en la vida adulta va a generar miedos que pueden convertirse en ataques de pánico, concluye Villarreal.

