Desde hace varios meses el ambiente que rodea el tema de la exploración y explotación de los recursos mineros de Panamá ha generado polémica y mucha confusión, sobre todo para aquellos desconocedores del tema que tienden a inclinarse por una u otra opinión sin conocer las raíces del asunto.
Durante una charla, Roberto Cuevas, presidente de la Cámara Minera de Panamá, explicó que los ingresos económicos que percibiría el país serían significativos, y que la implementación de esta técnica de extracción sería parte indispensable del desarrollo de Panamá.
Por su parte, Alida Spadafora, de la Asociación Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Ancon), añade que la problemática radica en que “no hay capacidad en las instituciones para hacer cumplir la legislación vigente y el resultado ha sido la extracción insostenible y muchas veces ilegal de piedra y arena de nuestros ríos y nuestras playas, lo que causa problemas de contaminación, de alteración de los cauces, e incluso una reducción de la calidad misma del agua”.
El ingeniero Cuevas asegura que, debido al alza en los precios de los metales, el panorama económico es prometedor en cuanto a las ganancias que va a tener el país y también el sector donde se lleve a cabo la apertura de la mina.
Anteriormente se hicieron concesiones que en su momento estaban bajo control y que hoy en día están siendo incontrolables y no sostenibles por el sistema, lo que antes estaba regulado y no parecía ser una amenaza a nivel ecológico, hoy en día se ha escapado de las manos, aseguran especialistas.
“Ha habido mucha tensión en Panamá por solicitudes de exploración y de explotación, basadas en contrato de ese tipo que ya existían”, añade Spadafora.
La Cámara de Minería de Panamá aclara que ante cualquier impacto medioambiental se pretende hacer planes de mitigación reforestando suelos que han sido afectados.
En el caso del proyecto de Petaquilla Gold en Donoso, Colón, explica la bióloga, los trabajo comenzaron sin un debido estudio de impacto ambiental, pero “después de tanta presión la empresa presentó un estudio que fue aprobado a pesar de sus deficiencias, más de 15 condicionantes que no se cumplía cuando el Gobierno otorgó el permiso de producción a esta empresa.
De esta manera se han irrespetado las leyes ambientales y las disposiciones legales de la Autoridad Nacional del Ambiente (Anam)”.
Como resultado, las tinas de relave de Petaquilla presentan concentraciones de químicos muy por encima de lo permitido por los estudios de impacto ambiental, que es de dos partes por millón, encontrándose en estas una concentración de cianuro de 20 veces más, resultados arrojados a mediados del 2010.
En el caso de esta mina la deforestación se ha cobrado unas 100 hectáreas, sin embargo, las minas que se pretenden poner en funcionamiento en un futuro, aclara Spadafora, tendrán un impacto de 5 mil o 6 mil hectáreas de deforestación.
Pareciera que los beneficios económicos son considerables, pero, ¿se ha tomado en cuenta cuánto costará el proceso de recuperación en cuanto a contaminación y deforestación una vez concluya la actividad minera?
