“Conócete a ti mismo” rezaba la máxima hecha célebre por el filósofo griego Sócrates.
El intento de autorreconocimiento lleva a los individuos a lanzar una mirada introspectiva para descubrir sus virtudes y defectos. ¿Qué ocurre cuando una población tiene que autodescribirse como un conjunto?
Definir el ser panameño fue la tarea que se le dio a mil 207 personas residentes en distintas partes de Panamá, entre el 7 y el 11 de octubre pasado, a través de una encuesta de la empresa Unimer para La Prensa.
Las opciones más elegidas, de una lista de 20 alternativas, fueron “rumbero” (50.2%), “cariñoso” (43.0%), “trabajador” (40.0%), “escandaloso” (40.0%) y “consumista” (31.8%). Las menos escogidas fueron “personas con suerte” (9.8%), “valiente” (11.5%) e “individualistas (12.9%)”. (Ver infografía)
Estas características forman parte de lo que el psicólogo y sociólogo panameño Octavio Tapia define como identidad imaginaria en el ensayo Para entender al panameño: una aproximación a la identidad cultural: “Es el conjunto de referencias que conglomera las identidades individuales en un imaginario colectivo común […]”
“El panameño tiene una mentalidad extrovertida”, considera Milciades Pinzón, sociólogo y docente de la Universidad de Panamá, quien atribuye esto a que la sociedad y cultura panameña están sujetas a influencias externas por su condición de zona de tránsito.
La característica “rumbero”, la explica Pinzón por la influencia cultural de España, sobre todo de la cultura andaluza. “Esta es una cultura muy dada a fiestas, jaranas... también crea una mentalidad más preocupada por vivir el momento, el instante y más despreocupada por las cosas que representarían su futuro”.

