Podrían ser los lazos perdidos de la evolución genética del hombre, las áreas del ADN humano que cambiaron drásticamente después de la separación evolutiva de los chimpancés, pese a que se habían mantenido casi sin modificar durante milenios.
Científicos de Estados Unidos, Bélgica y Francia identificaron 49 "regiones humanas aceleradas" (HAR por sus siglas en inglés) que muestran una abundante actividad genética.
En la más activa, llamada HAR1, los científicos hallaron que 18 de 118 nucleótidos habían cambiado desde la separación evolutiva de los chimpancés, hace unos seis millones de años, mientras sólo dos habían variado en los 310 millones de años que separaron las líneas evolutivas de los chimpancés y los pollos.
"Es muy emocionante usar la evolución para observar las regiones de nuestro genoma que todavía no han sido exploradas", dijo a Reuters David Haussler, director del equipo del Instituto Médico Howard Hughes y de la University of California, Santa Cruz.
"Es extremadamente improbable que la evolución de una sola región del genoma genere la diferencia entre nuestros cerebros y los de los primates no-humanos", explicó el investigador.
"Es mucho más probable que sea una serie de varios cambios mucho más pequeños, cada uno de ellos muy importantes, pero que ninguno haya hecho el trabajo solo", añadió Haussler.
HAR1 es parte del novedoso gen ARN HAR1F, el cual es producido durante el período formativo clave del cerebro humano, entre la semana 7 y 19 de gestación. No sólo eso, sino que además el ARN es producido por la neurona Cajal-Retzius, que juega un rol central en las seis capas de neuronas de la corteza humana.
"Este es un descubrimiento emocionante porque se manifiesta en células que tienen un rol esencial en el diseño y desarrollo de la corteza de los mamíferos", expresó Haussler, quien resaltó la necesidad de investigar las 48 HAR restantes.