Del 2 al 4 de septiembre se presenta en Panamá el ciclo teatral argentino “Mujeres apasionadas”, que incluye piezas cortas que hablan sobre personajes femeninos que exigen estar representadas en la sociedad.
Esta propuesta incluye las obras Magdalena, protagonizada por Valeria Tercia; Mariana, mujer de Lorca, su actriz responsable es Patricia Tiscornia, y Sara, las palomas se mueren como todo el mundo, con Zuleika Esnal.
Las funciones son a las 7:00 p.m. en el Moliere Petit Studio (Camino Real de Betania), y cada monólogo dura 30 minutos. Los espectadores pueden salir de una sala a la otra hasta completar el trío de historias. La entrada es de 21 dólares.
MARIANA
Para Patricia Tiscornia, el arte es un vehículo “transparente y vital. Es una pulsión constante que refleja el alma de la sociedad”.
Para ella es “fundamental y hermoso hablar desde la poesía con Mariana, mujer de Lorca, que habla de una mujer aguerrida, pasional, que lucha contra un sistema autoritario”. Y como Mariana cree que “la libertad ha sido fundamental en este siglo y en el anterior. El anhelo de la lucha y la búsqueda por ser mujeres enteras, con las mismas oportunidades y derechos que los hombres”.
MAGDALENA
Valeria Tercia buscaba material para un espectáculo unipersonal, y para ello leyó más de un monólogo y ninguno la enamoraba.
“Una noche encontré tiradas en la calle unas revistas para mujeres, editadas durante la década de 1950, junto a un cuaderno con anotaciones sobre el cuidado del hogar. A partir de allí, junto a Mauro Molina, empezamos un camino de investigación sobre el rol de la mujer en esos años”.
PAPEL
“El rol de la mujer en América Latina ha crecido a pasos agigantados, aunque todavía queda mucho camino por recorrer. Vivimos como mujeres en una evolución constante”, indica Patricia Tiscornia.
Para Tiscornia, la idea de la dama como madre se ha transformado “a la de mujer orquesta. Capaz de trabajar, estudiar, parir, vivir, amar y amarse. Sobre todo estamos aprendiendo a amarnos y eso nos da más lugar de respeto hacia nosotras mismas y hacia la sociedad”.
Sin duda, opina Tercia, el voto femenino “fue un paso fundamental en cuanto al reconocimiento de la igualdad de derechos, el fomento del compromiso con respecto a la política y a la democracia”.
Por otra parte, a nivel mundial “la píldora anticonceptiva modificó la vida sexual de las mujeres y contribuyó a su independencia y al disfrute de la sexualidad sin temor a un embarazo no deseado. Las conquistas han sido múltiples y las latinoamericanas, hermosas por tanta valentía, hemos logrado ingresar en espacios que antes eran propiedad exclusiva del género masculino”, indica Valeria Tercia.
