Artistas españoles como Judas Arrieta o Ramón Roig escogen China como lugar de residencia en busca de nueva inspiración, influencias del arte oriental y nuevos compradores, ya que los coleccionistas chinos están pagando por el arte contemporáneo mucho más que los occidentales.
Arrieta, de 35 años y nacido en Hondarribia (Guipúzcoa), es uno de los pioneros en esta experiencia, a la que cada vez se apuntan más artistas españoles y también alguno latinoamericano.
Ello se hace patente en la actual Exposición Internacional de Galerías de China (CIGE), que abrió ayer sus puertas y cuenta con una nutrida participación española (siete galerías más representaciones de Photoespaña, la Fundación Telefónica y Casa Asia).
En busca de nuevos "Sohos" o "Montmartres", los artistas viajan al país asiático para participar en el curioso ambiente artístico de ciudades como Beijing, Shanghai o Xiamen, donde los artistas suelen vivir juntos en comunas o "aldeas de artistas", en los suburbios de las grandes metrópolis.
"En el mundo del arte chino están pasando cosas. Alquilar un estudio es muy barato, y cada vez hay más proyección internacional", cuenta Arrieta, quien lleva un año pintando en el país asiático, aunque reparte su tiempo entre Beijing y España.
"Mi idea era venir a China a pintar como uno de ellos, que al ver uno de mis cuadros el espectador no supiera si el cuadro es oriental o europeoW, señaló el pintor.
Sus cuadros en el CIGE, la mayor feria de galeristas de China, reflejan esas intenciones: "El dragón Mao" muestra elementos muy usados por los artistas chinos actuales, como la plaza de Tiananmen, el famoso retrato de Mao Zedong o la figura del dragón.
