La gigantesca obra que el pintor español Miguel Barceló está creando en la sede de la ONU, en Ginebra, ha cumplido la primera etapa al terminarse la construcción de una cúpula en aluminio debajo de la cúpula exterior del edificio.
Sobre esta cúpula blanca, formada toda ella por placas planas y de una superficie total de unos mil 500 metros cuadrados, el artista comenzará en dos semanas la segunda parte de su obra y la más artística: la cobertura de la bóveda con olas encrespadas a modo de estalactitas colgantes.
Desde septiembre Barceló, asistido por 15 ayudantes, ha estado preparando la superficie, así como los 30 mil kilos de pintura que utilizará para convertir el techo de la bóveda en una especie de mar, que cambia de color según de donde se vea.

