A sus 46 años, la infanta Elena es ya una mujer oficialmente divorciada.
La hija mayor de los reyes de España, Juan Carlos y Sofía, se separó hace poco más de dos años de Jaime de Marichalar, pero no ha sido hasta ahora cuando aquel “cese temporal” de la convivencia se ha convertido en divorcio legal.
Se trata del primero que vive la Casa Real española desde la reinstauración de la monarquía, en 1975, tras la muerte del dictador Francisco Franco, y del primero de un hijo de un soberano reinante.
Antes hubo otras separaciones: las del príncipe Alfonso de Borbón y del infante Don Jaime. Los hijos de Alfonso XIII, el abuelo del rey Juan Carlos, pusieron fin a sus matrimonios en la primera mitad del siglo XX.
Fuentes de la Casa Real informaron de la inscripción, en el Registro Civil de la Familia Real, “de la sentencia del procedimiento de divorcio” entre Elena y Marichalar, también de 46 años. Fue el 21 de enero. Desde entonces, ya nada los une, salvo los dos hijos que tuvieron a lo largo de sus 14 años de matrimonio: Juan Felipe Froilán, de 11 años, y Victoria Federica, de nueve.
Con el divorcio, “de mutuo acuerdo”, Marichalar desaparece ya completamente de la Casa del Rey. Desde la inscripción en el registro, el banquero procedente de familia aristocrática ha dejado de ser Duque de Lugo. Ese fue el título que le otorgó el rey Juan Carlos cuando en 1995 se casó en Sevilla con su hija mayor, convertida también en Duquesa de Lugo.
Cuarta en la sucesión al trono, después de su hermano menor Felipe y de las hijas de éste, Leonor y Sofía, Elena es licenciada en Ciencias de la Educación.
Actualmente trabaja en la Fundación Mapfre como directora de Proyectos Culturales y Sociales, una actividad laboral que compagina con la representación de la Corona española en actos oficiales.

