Excelentes interpretaciones, interacción con el público, agua y espuma fueron parte del show que brindaron un entusiasmado Ozzy Osbourne y sus músicos la noche del martes, en el Figali Convention Center.
El legendario cantante saltaba, agitaba los brazos, hacía sus características expresiones de “loco”, aplaudía para motivar al público, daba unos pasos al ritmo de la batería y decía “¡no los escucho...!”, a lo que el público respondía con gritos.
El show arrancó a las 8:15 p.m., con la presentación de los teloneros, Cage 9, que tocaron unas 10 canciones, entre ellas Comatose y Worst Case Scenario. “¿Cómo estás Panamá, estamos listos para Ozzy?”, preguntaba el vocalista Evan Rodaniche. A las 9:00 p.m. terminaron su set, y la gente empezó a corear “Ozzy, Ozzy, Ozzy...”.
El “Príncipe de las Tinieblas” salió al escenario a las 9:25 p.m., saludó e interpretó temas como Bark at the moon, Let me hear you scream, Mr. Crowley, Suicide solution, War Pigs y Shot in the dark. El público cantaba, aplaudía, levantaba los brazos y coreaba: “Oeee, oeee, oaaa, Ozzy, Ozzy....”.
Durante el concierto,Ozzy se mojaba la cabeza y, como si se tratara de un culeco, con una manguera mojaba a los espectadores. Incluso, arrojó cubetazos.
El cantante británico presentó a sus músicos y se retiró unos 10 minutos, en los cuales el guitarrista Gus G tocó un solo que impresionó a la audiencia y luego fue el turno del baterista Tommy Clufetos, al que el público acompañó con las palmas.
A las 10:30 p.m., regresó el veterano cantante que siguió con el repertorio. Los fans de larga data se erizaron y enloquecieron cuando escucharon el inicio de Iron Man. La banda interpretó, además, I don’t want to change the world, Crazy train y Paranoid, terminando el show alrededor de las 10:50 p.m.
Un detalle que incomodó a varias personas era el “permiso, permiso” de los vendedores de cerveza y hamburguesas pasando entre el público con coolers, bandejas y cubos durante todo el espectáculo.
A pesar del carisma y la trayectoria de Ozzy, el recinto no se llenó a su máxima capacidad. Tal vez por la menor afluencia de gente, salir del área no tomó tanto tiempo como en el concierto de Metallica, y la policía aceleró el proceso. Pero los que fueron salieron satisfechos, algunos mojados y con espuma encima. Afuera del centro de convenciones, los vendedores ofrecían además de carne en palito, “el agua que tomó Ozzy”.

