El otro día casi dejo el cachete en el pavimento. Iba de lo más entusiasmada con una amiga, a comer los emparedados de Pan y Canela en la Ciudad del Saber, cuando un mal paso me derrumbó, tipo Torres Gemelas. Una vez que cuatro hombres fornidos y un caballo de tiro lograron levantarme del piso, caminé temblorosa al restaurante, donde captó mi vista, de entre todas las tentaciones que ofrece una pizarra, el emparedado abierto de fricasé de pollo. RdT pidió otro abierto, el siciliano, que traía salsa pomodoro, queso y aceitunas verdes.
Estaba rico, pero al lado de mi fricasé, registraba en la escala de OK. Como del susto se me bajó la presión, además de la cara pálida y el copioso sudor veía pajaritos como los de Wily E. Coyote cuando le caía un yunque encima, así que apenas probé el sándwich volé a casita. Pero en el camino, una vez que se me había subido más la presión (tras una conversación de florido vocabulario con mi ortopeda), quedé nuevamente pensando en el bendito fricasé de pollo: sus presas cocinadas a fuego lento, tiernitas (algo que solo se logra sin prisa), luego la salsita cremosa divinamente contrapuntada con unas alcaparras gordotas, el pan, de molde, sí, pero de unos 15x15 centímetros, divertidísimo.
Al día siguiente, ya más repuesta emocionalmente, le hice caso a mi ortopeda y tomé las medidas necesarias: pero traía el sándwich ese incrustado en el hipotálamo, te juro. Así que volví. Esta vez pedimos un emparedado de huevo glorioso, con huevo frito, jamoncito del bueno, quesos blanco y amarillo y un pan delicioso.
También probé el superlativo baguette de "rosbif", con mozzarella, tomate y lechuga. Me atraganté de unas empanaditas divinas de masa de milhojas: con espinacas y cremas, de queso y de pollo. También hacen panes para llevar, entre los que se distinguió uno de cereales y uno campesino, pero lo que me volvió a volar la mente fue el pecan pie: delgadito, crujiente y con una masa impecable, pocas veces vista.
Probé una cocada delicada y maravillosa; unas orejitas crujientes y delicadas, un arroz con leche que le hace la competencia al de Acha y unos "quesitos", que son como unos croissants en miniatura, rellenos de queso dulce, que te juro le daría a Isabel II a la hora del té. El servicio es amabilísimo, pero me pareció algo lento. No sirven alcohol, pero tienen todo tipo de sodas, jugos, cafés y malteadas. Dixit.
FICHA TÉCNICA
• SERVICIO: Bueno
• AMBIENTE: Cafetería
• PRECIO: Menos de $15 - $15-$25 - $25 en adelante
• RECOMENDADOS: Emparedado de fricasé de pollo ($4), Pan 7 cereales ($3.50),
• RELACIÓN COSTO-CALIDAD: Arroz con leche ($0.75), Emparedado de huevo ($2), "Quesitos" ($0.35c/u) Pecan pie ($1.25), Orejitas (4) ($0.50),
• ACCESO A DISCAPACITADOS: No
• FUMAR: No
• HORARIO: 7:00 a.m. - 7:00 p.m.
• DIRECCIÓN: Ciudad del Saber, núm. 135A, detrás de los bomberos
• TELÉFONO: 317-0651
• ACEPTAN: Efectivo y cheques

