Para cambiar el color del cabello, los especialistas recomiendan evaluar ciertos elementos que ayudarán a descubrir el tinte que va acorde a cada persona.
El color de la piel es uno de ellos. Contrario a la mujer de tez blanca, que puede lucir una cabellera tanto clara como oscura, Fredelinda Moreno, estilista de Christian Salon, apunta que la mujer de tez morena debe recurrir a tintes de colores en “términos medios” como los chocolates y tierras.
Según el sitio webdelabelleza.com, si la piel es “muy blanca es conveniente optar por tonos fríos como el champagne, arena, rubio cenizo o marrones fríos. Por el contrario, en pieles amarillas, la coloración que queda mejor es la de tonos dorados o rojos. “Si eres pelirroja original escoge entre rojos cobres y rojos azulados como el borgoña”, dice.
Lo mismo pasa con el color del iris de los ojos, señala Moreno: entre más claro sea, más opciones tendrá para variar el tono del cabello.
La base natural de este es otro factor determinante a la hora de seleccionar un tono de tinte, indica Omar Rodríguez, estilista de Alfredo’s Salon. Tomando en cuenta su color natural, explica, se podrá elegir el color ideal que busca la cliente.
“La opción más segura son los tonos sutiles”, indica la página web estarsana.com. “Escoge un tinte cuyo color sea dos tonos más claro o más oscuro que el color original de tu pelo para lograr una apariencia más natural”, registra.
Moreno recomienda la aplicación de tintes antialérgicos para evitar reacciones negativas.
Los cabellos con tintes claros, asegura, deben ser retocados 20 días después del procedimiento; los oscuros, al mes y medio.
