Es común escuchar por la radio anuncios de productos que prometen potenciar de alguna manera la memoria de las personas de cualquier edad. Sin embargo, opina el neurólogo Evaristo Rosas, miembro de la Asociación Internacional de Daño Cerebral, que esta venta arbitraria de medicamentos debería ser regulada.
Argumenta que hay estudios —como el que dieron a conocer recientemente los investigadores de la Universidad de Yale, Estados Unidos— que demuestran científicamente que algunos de estos medicamentos pueden ser un peligro para las personas de edad avanzada, que son el grupo que más los consume.
Sustenta el galeno que el problema se ha detectado en los procesos superiores del pensamiento.
Manifiesta que un cerebro sano conjuga a la par la funciones de dos sistemas para optimizar las capacidades del individuo. El hipocampo, que se relaciona con la formación de la memoria a largo plazo, y la corteza prefrontal, que se asocia con el funcionamiento de la memoria activa principalmente en el ámbito de la cognición. Este último, según Rosas, es muy importante ya que le brinda a los seres humanos la facultad de procesar información a partir de la percepción.
Aclarado esto, el especialista señaló que los medicamentos de la memoria trabajan para aumentar los compuestos que elevan la actividad de una enzima llamada kinasa proteína A (PKA), que mejora la memoria a largo plazo — que es la que más se ve afectada durante el envejecimiento— y se olvida de motivar la corteza prefrontal.
Esto hace que la persona de avanzada edad pueda tener dificultad para retener un número de teléfono en la mente, por el tiempo suficiente para marcarlo. "La vejez hace que algunas drogas trabajen solo en un área del cerebro e ignore otra".