El cuento es casi tan viejo como la Cuaresma: "Me voy para el interior/la playa/El Valle/el río/la isla y no tengo empleada". Así que hay que ingeniárselas. Además, durante el fin de semana largo, por lo general los pelaítos pintan p’a la playa, los adolescentes se pegan sus olímpicas perdidas en el reino del parqueo, y el señor de la casa contempla la inmortalidad del cangrejo, regándose las arterias con una fría. Y un hogar que generalmente almuerza con el campanario de las 12:00, queda almorzando a las 3:00 p.m., pero los estómagos gruñen puntualmente. ¿Qué hacer? En la mayoría de los casos, se puede "resolver" con un tapeo, conjunto de platitos con que los españoles apaciguan a la tirana de la tripa.
Como ellos almuerzan tipo 3:00 y cenan tipo 9:00, para repellar se ha creado todo un rubro maravilloso de platillos que pueden ser irrisoriamente simples o atribuladamente complicados: desde un democrático atún con mayonesa sobre saltines, hasta hacer tu propio pulpo a la gallega. Ah, y puedes pescar tu propia trucha o sino, comprarla en el super.
Entre los platos típicos de un tapeo: uno o dos tipos de pan; tortilla de patatas; aceitunas; sardinas o anchoas en lata; calamares u otro marisco, bien sea rociado en aceite de oliva y ajo o adobado con salsa de tomate; quesos (manchego para ser auténtico); gambas hervidas con sal y laurel, o al ajillo (ver Recetario); pimientos morrones en aceite de oliva sazonado con un poquito de anchoas, almejas al vino; y para los que no "guardan", puedes poner choricitos, salchichitas con ketchup y picante, o la fiambre o el pollo de asador que más fácil te resulte.
Lo importante del tapeo, es que sea alegre, sea compartido y que no te estrese. Al fin y al cabo, si Jesucristo multiplicaba los panes, los pescados y los vinos, ¿por qué no seguir tan buen ejemplo?
Vea Las tapas del rey Alfonso XII

