Una de las preguntas más difíciles que se plantea alguien que pretende tener un conejo y un perro a la vez, es si el perro será compatible con el conejo, y viceversa.
Y esto no es culpa del conejo, ya que ellos están acostumbrados a llevarse con otras especies, y al ser herbívoros, puedes saber que no se van a tragar al perico de la abuela.
Con los gatos también se llevan bastante bien, porque son más o menos del mismo tamaño, y aunque el gato es carnívoro, difícilmente se va a tratar de tragar a un conejo de su mismo porte.
Cuando el conejo es el primer inquilino y el perro llega de cachorro, se lo puede socializar para que aprendan a convivir, pero cuando hay un perro adulto en la casa, es más difícil la cosa para el conejito.
Por supuesto que el menor de los problemas es un perro faldero, estos son, en muchos casos como el del maltés o el yorkie, hasta más chiquitos que el conejo; asimismo, las razas “de trabajo” como el San Bernardo, o algunas de las razas Collie no son tan agresivas, pero otras, como el rottweiler y el doberman, pueden verse inclinados a atacar a presas pequeñas.
Una clasificación de perros que es muy amistosa y, correctamente socializada, es la de los perros de caza de aves –labradores, retrievers, etc.,– que aunque jueguen con el conejo, por lo general tienen la “boca” o mordida muy suave, característica que se ha conseguido tras años de cría, para que no magullen a la presa.
Pero los perros que tal vez sean más peligrosos para un conejo bien pueden ser los del grupo de terriers, que han sido criados para proteger su territorio (cultivos, corrales, etc.) de depredadores grandes y pequeños, como los hurones y conejos que se comen a las crías y devoran las cosechas.
Así que si tiene uno de esos perros, mejor piénselo muy bien antes de comprar un conejo; y si tiene un conejo y quiere un perro, asegúrese de informarse muy bien sobre las características de la raza que está considerando.

