Posar al lado de famosos se ha convertido en un "festín" de popularidad para los presidentes latinoamericanos y en un camino seguro hacia nuevas portadas en la prensa, de lo que se benefician también los artistas que se comprometen con causas nobles para atraer más admiradores.
El presidente boliviano Evo Morales formó esta semana pareja con el actor Benicio del Toro, que le presentó al director estadounidense Steven Soderbergh, quien filmará en La Paz escenas de una película sobre Ernesto Che Guevara.
El presidente venezolano Hugo Chávez intercambió saludos con Danny Glover, imagen del "afroamericanismo" y que, según la oposición de ese país, recibió 16 millones de dólares para un filme por su apoyo a la revolución bolivariana.
La línea progresista del cantautor español Luis Eduardo Aute y de la cantante argentina Mercedes Sosa fue premiada por el presidente ecuatoriano Rafael Correa con la Orden Nacional del Ecuador, gracias al trabajo por "la paz y la libertad" y la "lucha por la democracia y contra las dictaduras de América Latina".
En Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva ha sido anfitrión de Lenny Kravitz, Bono y RBD, que le regalaron instrumentos musicales para subastar a favor del programa Hambre Cero y de la familia Teutul de American Chopper, éxito televisivo especializado en la fabricación de motos.
Durante su gestión, el presidente argentino Néstor Kirchner también recibió al cantante irlandés Bono, quien elogió su política de derechos humanos. Sin embargo, Cristina Fernández, esposa de Kirchner y que hoy asumirá la Presidencia argentina, es quien más se precia de ser fotografiada con grupos como los mexicanos Maná.

