Los ancianos tienen mayor presión sanguínea y padecen más hipertensión en los meses más fríos que en épocas calurosas, según un estudio publicado por la revista estadounidense Archives of Internal Medicine.
En él, un equipo investigador del Institut National de la Santé et de la Réchérche Médicale de París explica que las personas mayores son más susceptibles a las variaciones de presión sanguínea relacionadas con la temperatura del entorno.
Los científicos analizaron la relación entre presión sanguínea y temperatura tras medir esa variable en 8 mil 801 individuos de 65 o más años. La presión sistólica y la diastólica cambiaron en cada estación, pero variaron en función de las temperaturas de cada día: en invierno, la presión sistólica fue 5 milímetros de mercurio más alta de media que en verano.
Los investigadores detectaron hipertensión en el 33.4% de los participantes en invierno y en el 23.8% de los individuos en verano.
Los mecanismos que podrían explicar la relación entre presión sanguínea y temperatura se desconocen. Sin embargo, el sistema nervioso simpático se activa y se libera la hormona catecolamina en respuesta a las bajas temperaturas, lo que, sugieren los científicos, podría incrementar la presión sanguínea acelerando la velocidad de latidos del corazón y disminuyendo la capacidad de respuesta de los vasos sanguíneos.
