HISTÓRICAS- Las casas de madera siempre ocuparon un lugar muy importante en la historia de la arquitectura panameña, sobre todo la aplicada en las ciudades terminales de Panamá y Colón, de manera especial también en Bocas del Toro y, quizá algo menos en el Darién. La influencia antillana se deja entonces percibir.
En cambio, fíjense ustedes que, en lo que solemos llamar el interior del país, con contadas excepciones su arquitectura, ahora por la mezcla de influencias española y local, está más basada en el barro, la quincha, las tejas, quedándose la madera para columnas y pocas partes más. De manera que fue a base de ese vital elemento, la madera, como abundaron las viviendas, bodegas, estaciones levantadas tiempos atrás. Calidonia, Río Abajo, Guachapalí, El Chorrillo, El Marañón, Colón, los pueblos de la línea del Canal, los también llamados perdidos porque desaparecieron para dar paso al lago de Gatún (casi totalmente artificial) abundaron las construcciones de madera.
Aquellas casas fueron pasto fácil, eso sí, de los incendios, como se era de esperar. En parte por lo anterior, las casas de madera, a pesar de lo económicas (hoy no tanto), amplias y más frescas si no hubiesen tenido techos de hojas de zinc, fueran prohibidas de acuerdo con un decreto de muchos años atrás.
IMPORTANTE -Hablando de algo relativo, nuestros lectores habrán notado que a veces cuando en los pie de fotos describimos un edificio o una persona, no se ve. Tal sucedió la semana pasada con la efigie de don Didacio Silvera, que salió recortada.
Parece que esto se debe a problemas en la reproducción de las fotos. Vamos a ver cómo se puede remediar. Aburre un poco y queda uno como inventor, mentiroso o quién sabe cuántas cosas más.