No hemos podido determinar con exactitud cuál fue la fecha precisa en la cual el médico argentino Ernesto Che Guevara de la Serna (1928-1967) estuvo en Panamá. Debió ser entre 1954, antes de llegar a México, país al cual parece que originalmente se dirigía.
Allí conoció, como bien es sabido, a Fidel Castro y se incorporó a sus planes revolucionarios en Cuba.
Aquí en nuestro país permaneció no más de una semana, quizás. Acostumbraba asistir al viejo y popular café Coca Cola de la Plaza de Santa Ana, en donde se hizo conocer por un grupo de jóvenes panameños, algunos ya profesionales, otros no y con los cuales mantenía animadas conversaciones sobre los más variados temas, sobre todo de ramas de la literatura. A su vez todos eran inconformes con la situación social, económica y política de sus respectivos países.
Del libro que escribió uno de ellos, el abogado Eduardo Ernesto Tomlinson Hernández y que tituló El Che Guevara en Panamá, hace ya varios años, hemos obtenido muchos datos interesantes que nos han ayudado a poder completar esta histórica crónica.
Naturalmente que el arriba citado Tomlinson allí también nos refiere que aun cuando en su honesto y apreciable hogar no existían facilidades, su madre estuvo de acuerdo con que apretándose un poco, allí viviera unos pocos días el temerario ciudadano argentino.
El grupo ayudó también económicamente a que Guevara continuara su viaje por ferry, después por el resto de Panamá, Costa Rica hasta Guatemala y con posterioridad a México. Al ferry lo llevaron Rubén Moncada Luna y Campo Elías Muñoz. En David, Guevara se cayó y se fracturó un brazo.
En Panamá, el Che dejó una maleta con libros, que Rómulo Escobar Bethancourt le entregó cuando aquel era ministro muchos años más tarde.
La lista obtenida de la fuente que ya les divulgué de los personajes que tanto compartieron ideas, preocupaciones e intereses poéticos y literarios con el Che estuvo conformada también por Rómulo Escobar Bethancourt, Isaías García Aponte, Ricaurte Soler, Adolfo Alberto Benedetti Evers, Luis Ayarza Gómez, David Acosta, Rubén Darío y Antonio Moncada Luna (hermanos), César Young Núñez, Daniel Meléndez, Moisés Chang Marín, Andrés Castillo, Rubén y Cleto Souza (otro par de hermanos) y Carlos Sarmiento.
Con el tiempo todos ellos sobresalieron en sus importantes actividades, más que todo profesionales, intelectuales y hasta revolucionarias.
No nos olvidemos que el Che aquí no llegó solo, lo acompañaba un paisano también soñador como él de nombre Ricardo Rojo.
También en pequeños grupos todos ellos solían almorzar en un popular restaurante santanero, famoso, entre otros de sus platos, por una deliciosa sopa de pata. El lugar se llamaba El Gato Negro y quedaba entre las calles C con 12 y 13 del área ya citada.
El Che tuvo que salir de su país, Argentina, porque se opuso activamente a Juan Domingo Perón.
Recordemos la molesta asma bronquial que tanto hizo sufrir a nuestro personaje de hoy, pero que nunca le impidió hasta participar en batallas.
Sabemos que Guevara se unió a Fidel y fue parte de los que desembarcaron a luchar contra Batista (este último también estuvo en Panamá y de eso también hablaremos en el futuro).
Una pregunta que el mundo se hace, aun cuando nada tenga que ver con nuestra nación, es por qué Guevara se fue de Cuba después de haber renunciado a todos sus cargos. Existen varias versiones. Una de ellas es que la gota que derramó el vaso fue que el Che había criticado a la Unión Soviética en una reunión en la cual era el delegado cubano. Eso enfureció a Fidel. Si realmente fue para extender la revolución, no le fue muy bien en Bolivia, los campesinos no le respondieron y cuidado que alguien lo delató. La versión soviética de lo anterior dice que ese país no quería que Cuba aumentara su producción de níquel, Guevara sí lo quería. Así terminó la vida de otro ilustre visitante de Panamá.
FUENTES Textos: Harry Castro Stanziola Fotografías: Colecciones particulares / Procesadas por Ricardo López Arias Comentarios: vivir+@prensa.com

