El historiador (¿francés?) Jacques Heers escribió una biografía muy completa, pero a su vez llena de dudas e interrogantes, sobre nuestro personaje de hoy, con el cual damos continuación a la lista de importantes personas que en un momento u otro estuvieron en diferentes épocas y espacios de tiempo en Panamá.
El padre de Colón se llamó (esto sí parece ser cierto) Domenico Colombo, se casó con Suzanna de Fontanarossa. Él fue trabajador en telas de paño y en jardinería. Cristophoro, uno de los hijos de ellos, nació entre los meses de agosto a octubre de 1450 ó 1451 (tampoco los autores encuentran fechas precisas) en todo caso él fue el navegante que estuvo por aquí.
¿Y dónde nació? Vuelven las dudas y los datos no confiables a reaparecer. La versión más aceptada refiere que era de la región en la cual ha quedado Génova, en Italia.
Pero entre las muchas versiones figura una que llega a decir que Colón era judío y catalán. Pero lo de italiano se acepta más. También se dice que sus padres tuvieron por lo menos cuatro hijos.
De Colón, nuestro héroe, se ha dicho que en su vida como marino hasta pirata llegó a ser.
Estuvo en su juventud viviendo y trabajando en Portugal; allí se casó con Felipa Momiz. Tuvieron un solo hijo al cual llamaron Diego.
Más tarde comienza a darle vueltas en la cabeza al futuro “descubridor” la idea de encontrar, por medio de la navegación, una vía que pusiera en contacto a Europa con el Oriente, de donde los negocios y las grandes riquezas se irían a obtener.
Y como era España el imperio dominante para entonces, él trató de hablar con los llamados reyes católicos de Castilla, Fernando e Isabel, dirigiendo hacia ellos sus esfuerzos y atención por sus solicitudes.
Cuántas conversaciones tuvieron Colón, la Reina y sus múltiples amigos, asesores e interesados en los grandes negocios, que al descubrir una ruta comercial que comunicase con el mundo oriental se irían a descubrir y a desarrollar, hay que leerlas en las obras escritas que por variados autores se han publicado y se publicarán. En todo caso el tema es muy intenso, complejo y lleno de detalles imposibles de resumir.
El caso es que nuestro hombre, Colón, consiguió la financiación y pudo efectuar cuatro viajes desde los puertos españoles de Cádiz y Palos de Moguer hacia lo que fue bautizado como América. Ni el nombre del continente que se dice que descubrió lleva algo parecido a su nombre, tan solo Colombia ha sido el país que lo supo recordar.
El primer viaje de Colón salió el 3 de agosto de 1492 y llegó a San Salvador, hoy Bahamas, el 12 de octubre de ese mismo año. El viaje duró siete meses y 12 días en total, visitando también la actual Cuba y Haití. Recomendamos la lectura de ellos.
El segundo viaje salió de Cádiz el 25 de septiembre de 1493 y regresó el 11 de junio de 1496 visitando aun más islas, Puerto Rico y Guadalupe.
El tercer viaje salió el 30 de mayo de 1498, visitó parte de Venezuela y Haití, antes La Española. También estuvo en Trinidad.
Por último, en su cuarto viaje, que duró del 3 de abril de 1502 hasta el 7 de noviembre de 1504, fue cuando Colón estuvo en Panamá después de haber visitado Santa Lucía, Puerto Rico, Haití, Jamaica, Cuba, Nicaragua, y nuestro futuro país. Aquí estuvo en lo que hoy es Bocas del Toro, fundó Santa María de Belén o de la Natividad en la costa de lo que hoy es Veraguas, se dice que fue Colón quien le dio nombre a esta última provincia nuestra, significando una contracción de ver aguas.
Antes había estado en lo que hoy es Bocas del Toro y también en Portobelo (¡oh!, que porto tan belo, se dice que fue la frase que pronunció cuando visitó su hermosa bahía).
Colón recorrió nuestra costa atlántica del este al oeste. Rodrigo de Bastidas lo había hecho antes, pero en dirección contraria.
El buen amigo y lector así como experto en instrumentos musicales de teclado José Antonio Toño Rivas, nos dice que no mencionamos a varios pianistas como Rubinstein en el artículo sobre el Teatro Nacional. Tiene razón y también nos faltaron artistas nacionales que ya aparecieron en otros artículos sobre el mismo tema con anterioridad. También no se olviden que así como el tiempo es el tirano de la televisión, el espacio es el de los periódicos.
Textos: Harry Castro StanziolaFotografías: Procesadas por Ricardo López AriasComentarios: vivir@prensa.com

