Tal como se lo prometimos a nuestro lector Michael Nungesser de de Leipzig, Alemania. Aquí va lo que hemos leído acerca de quizás el primer pintor panameño de bien ganada reputación como tal.
Nació nuestro personaje de hoy en Santiago de Veraguas el 11 de abril de 1859. Fue hijo de Manuel de la Guardia Arrue y de María Teresa Fábrega. Al morir su padre, la familia se trasladó a Costa Rica. Al regresar acá, enviaron a Wenceslao, tal como era la costumbre a estudiar en Colombia, en donde lo hizo en pintura; regresa a Costa Rica, y parte entonces a Europa (Francia y España). Expone en el salón de artistas franceses. Tiene cierto y bien justificado éxito.
Visita Panamá en 1889 y específicamente a la ciudad que lo vio nacer, la capital de la provincia de Veraguas, en donde en unión de uno de sus hermanos, de nombre Noberto y de José Félix Sosa, compran un aserradero. Estando de visita nuevamente en Costa Rica, don Wenceslao contrae matrimonio.
Vuelve a Europa, y esta vez a Londres, Inglaterra. Allí es nombrado por Panamá como su representante a un congreso que versaba sobre la enseñanza del dibujo. Fue Ricardo Arias, nuestro secretario de Relaciones Exteriores de ese tiempo. Claude Conventry Mallet, cónsul de Gran Bretaña en nuestro país y esposo de Matilde de Obarrio el que proporcionó esa última noticia.
El artista de la paleta y el pincel al cual nos estamos refiriendo hoy tuvo magníficos floreceres de pintura en París, los cuales contribuyen a que hoy exaltemos la imagen de ese olvidado pintor.
Fue magnífico retratista; famosas actrices y dama de la alta sociedad posaron con orgullo para él. Mas las reproducciones de seres humanos no fueron su única especialidad.
España fue otro país europeo en donde nuestro artista invitado de hoy también pintó.
Wenceslao de la Guardia Fábrega estuvo también en Cuba, visitando al renombrado médico Jaime de la Guardia, su pariente cercano, y quien fue nuestro maestro y amigo también.
Recordamos con cariño a Doña Matilde Arango quien estuvo casada en primeras nupcias con el Dr. Jaime (se separaron después, a la cual visitamos en su casa de Bella Vista, en donde tenía algunos cuadros, obra de Wenceslao).
Carmen Fábrega de Díaz fue otra dama que poseyó por lo menos un cuadro de nuestro personaje. Vale la pena leer el escrito de Rodrigo Miró para informarse y poseer algo más de información.
Pero aún creemos que sería necesario hacer más, esto ahora a cargo de nuestro Gobierno; es decir, tratar de que por lo menos un cuadro de de la Guardia repose en el Museo Nacional.
