Todo se inició en el siglo XIX. Tras la independencia de España (1821) y más tarde uno de nuestros primeros historiadores, Juan Antonio Susto, extrajo de los archivos de Sevilla los datos referentes al general panameño de nacimiento Joseph de Fábrega. Él había venido al mundo en esta capital el 19 de octubre de 1774. De padres españoles de nombre Carlos de Fábrega y Antonia de las Cuevas y Álvarez. Don Joseph es considerado, según una publicación de Susto y a la cual tituló en noviembre de 1941: Galería de Gobernantes de Panamá de 1821 a 1971, como el primer jefe supremo de este Istmo o lo que es lo mismo el primer gobernante de Panamá.
Es por ello entre otros poderosos motivos que ante ustedes estimados y fieles lectores que la efigie del general Fábrega (lo repetimos) aun cuando un poco borrosa se la hemos querido presentar.
Acordémonos que para el siglo XVIII, épocas a las cuales nos comenzamos a referir, España era el imperio que dominaba casi todo el mundo, inclusive, claro, a la América, el continente de nuestro vivir.
Todos los gobernantes en lo que hoy sería Panamá dependían del reino e imperio español. Tal fue el caso del general Fábrega, nuestra figura de hoy, el cual a pesar de haber sido nacido aquí fue mandatario a órdenes de España. Pero cuando llegó el momento de pensar en la independencia no vaciló, así tuviera aquello algo de doloroso y sospechoso en convertirse en uno de nuestros primeros caudillos de la citada separación.
Comencemos también a referirles cómo se desarrolló la increíble carrera militar de don Joseph. En el año de 1777 y con tan solo tres años de edad, sí, tres años de edad, su padre consiguió una licencia que permitía al niño se le nombrase con el grado de cadete.
Más que inverosímil ¿verdad? Para 1797 Fábrega ya era teniente, en 1814 capitán, 1815 teniente coronel y en 1821, comandante general o gobernador, los títulos varían en los documentos consultados.
A estas alturas hay también que recordar que en otros países de América diferentes futuros caudillos de sus países, se encontraron en la misma situación al perder toda relación con España y dedicarse a la separación o independencia, cada cual de su futura nación.
En México, Perú, Ecuador y otras futuras repúblicas más, no fue raro encontrar que funcionarios españoles, pero nacidos en estas naciones (y otras) mencionadas, respondían al llamado de libertad de las tierras que los vieron nacer. Recordemos también a los De Obaldía en 1903 acá en Panamá, Amador Guerrero, colombianos, pero que ejercían puestos en Panamá de gran responsabilidad.
Y ya para terminar, debemos recomendar la cuidadosa lectura de la obra de Ernesto Castillero R. Libertador del Istmo de Panamá, General José de Fábrega. Allí encontramos más puntos de interés. Pero por lo menos resumamos algunos de esos actos.
El general José Domingo Espinar deseaba que al independizarse Panamá esta nación no se adhiriera a otro país. Que fuera totalmente autónoma. Fábrega se opuso a ello, advirtiendo que no se tenían los medios. Por ello, este último fue castigado y recluido en Veraguas. En donde, como más tarde lo veremos, falleció.
Fábrega también se opuso a que la adhesión de la nueva Panamá se hiciera hacia Perú o Ecuador.
El 11 de marzo de 1841, a los 67 años de edad, falleció el general que hoy ha encabezado nuestra atención.
Pasando a otro tema son tantos los comentarios de toda índole que los lectores nos envían que se nos hace imposible, y qué interesantes que son muchos de ellos, el poderles contestar. Poco a poco será. Gracias.
Textos: Harry Castro StanziolaFotografías: Ricardo López AriasComentarios: vivir@prensa.com