Se han encontrado evidencias de una antigua criatura marina que haría que el feroz Tyrannosaurus rex se lo pensase dos veces antes de decidir internarse en el agua. El animal, apodado "Godzilla" en referencia al famoso monstruo marino cinematográfico, tenía la cabeza de un dinosaurio, y aletas como las de un pez.
Los fósiles de la hasta ahora desconocida especie de cocodrilo arcaico se han encontrado en el extremo austral de América del Sur. Tenía fuertes mandíbulas y dientes afilados que le debieron hacer el depredador más temible del mar.
A diferencia de los cocodrilos que conocemos hoy, el Dakosaurus andiniensis vivía enteramente en el agua, y tenía aletas en lugar de patas. Pero eso no es todo lo que lo hacía raro. Su gran capacidad como depredador y su hocico semejante al del Tyrannosaurus rex (T. rex), le han otorgado un lugar único en la historia, y el apodo "Godzilla".
Diego Pol, un investigador de postdoctorado del Instituto de Biociencias Matemáticas y del Departamento de Informática Biomédica en la Universidad Estatal de Ohio, determinó que los extrañamente conformados especimenes fósiles encontrados en la Patagonia pertenecen al árbol de la familia de los cocodrilos.
"Esta especie era muy rara, porque otros cocodrilos marinos que vivieron más o menos al mismo tiempo tenían rasgos muy delicados (hocicos largos y delgados, y dientes en forma de aguja para capturar peces pequeños y moluscos)", explica. "Pero este cocodrilo era exactamente lo opuesto. Tenía un hocico corto, y grandes dientes con bordes en forma de sierra, sin duda, un depredador marinos y grande".

